La vida de Simón transcurría lenta, sin emoción, como su pueblo: Villagrán.
Con el paso de los años se le despertaron incomprensibles deseos.
Dudaba todo el tiempo: decía sí y lloraba por ello, elegía blanco pero se quedaba con ganas de negro, tomaba un par de cervezas y se arrepentía de comprarlas.
Esto se debía a su condición de imbécil.
Si bien su retraso no era excesivo, pues trabajaba como mozo en una botica, la limitada capacidad intelectual le ocasionó burlas que de tan frecuentes se hicieron costumbre.
A los veintidós años era un tipo tímido e inseguro, de mirada escurridiza y paso lento. De no ser conocido como el tonto del pueblo, su aspecto promedio habría pasado inadvertido.
Su mejor amiga, Eumelia, la única en Villagrán que lo entendía, era su conciencia y confidente. Mayor a él por cuatro años, desde chica lo defendió de burlas e injusticias. Por eso Simón le profesaba lealtad infinita. Todas las tardes, saliendo de trabajar, iba a la panadería de su amiga. Podía quedarse horas con ella, entre plática y plática, le ayudaba a acomodar los bolillos o a limpiar el mostrador.
Extraordinariamente, además de Eumelia, lo quería –pero de otra forma– Maura, a quien desde niña le apodaron “La Chíngale”, una muchacha torpe de rodillas chuecas, nariz aguileña y rostro cacarizo, su fealdad era olvidada por la alegría que contagiaba al pueblo entero.
Simón la rechazó tantas veces que es hiriente contarlas.
No es que no deseara novia, pero quería una como las que salían en las telenovelas, o como las muchachas del pueblo que los domingos adornaban la plaza.
Era tonto pero no tanto para que encima anduviera con La Chíngale, ya suficiente imbecilidad cargaba como para todavía buscarla en pareja.
Aunado a eso, estaban las dudas por su preferencia sexual, secreto que sólo Eumelia conocía.
Una tarde, La Chíngale se apareció por la panadería, mientras escogía el pan que con cuidado vaciaba a una charola, le lanzaba coquetas miradas a Simón. Ella lo hacía temblar, en realidad hasta una mosca podía conseguirlo.
A Eumelia le divertía azuzar el fuego y aprovechaba para hacerla de cupido:
-¡Qué milagro Chíngale! Justo ahora Simón preguntaba por ti -y le daba unos codazos para integrarlo a la plática.
-Ah, sí -respondía torpemente.
Los jijijís de La Chíngale surgían de inmediato:
-¡Ay Simón! -y más jijijí- ¿Cómo estás? -entonces se retorcía todita- A ver cuándo me invitas una nieve -y manoteaba alegre.
Pasaban varios minutos en que él callaba, sudaba. En cuanto su enamorada salía del local, llegaba la lluvia de reclamos por parte de Eumelia:
-A ti lo que te falta es una vieja -le aseguraba enérgica- mira que otra Chíngale no te vas encontrar.
-Es que no la quiero, ni siquiera me gusta… no se parece a las muchachas que me gustan.
-¿Muchachas? O te refieres a los travestis que miroteas en la cantina, ¡ya déjate de juegos! Eso aquí o en China es jotería -entonces se alejaba apretando sus prejuicios y se hacía la ocupada.
-No sé, no sé -murmuraba Simón, y se perdía en pensamientos que lo llevaban a ninguna parte.
Así se le iba la vida, entre dobles deseos, anhelando tanto los besos de hombres como de mujeres. A veces soñaba con ciertos varones del pueblo que se le antojaban nada más de mirarlos, o pensaba en las muchachas, que los domingos en la plaza, tanto suspiro le arrancaban. Esas ideas contrariaban su básica mentalidad, lo hacían sentir sucio.
Un día escuchó en la radio el concepto ‘bisexualidad’ y se sintió libre. Creyó que la voz del aparato era sólo para él, que el mundo por fin lo aceptaba.
Imaginó que los muchachos lo miraban como él quería, se visualizó besando al joven sacristán, y acariciando a Juanita, a la que desde niña pretendía en silencio. Se imaginó feliz.
Pero el domingo siguiente en misa, la seguridad se le borró cuando asomó el sermón que trataba del fuego eterno al que estaban condenados los ‘anormales’, como el cura les llamaba. A su mundo regresaron las habituales dudas.
Asustado de caer en el infierno, llegó a casa con la decisión de tirar las revistuchas que tantas noches febriles le otorgaron; también devolvió al cuarto de su madre, los tacones que a escondidas por las noches se ponía.
Al final, como siempre, compraba más revistas y hurtaba un nuevo par de tacones. Pasados los meses regresaría a misa para salir con el mismo temor a condenarse.
Esa historia, Eumelia la sabía de memoria.
-Para qué vivir así, mejor salte del clóset -le decía enfadada.
-¡No! -de inmediato protestaba- ya suficiente es que me llamen tonto para que encima digan que soy puto.
Ella reía, a veces meneaba la cabeza. Así se les iba la vida.
Simón seguiría haciéndose el difícil con La Chíngale, que más tarde se cansaría de mirarle; continuaría hablando largo y tendido con su única amiga, y esta, defendiéndolo eternamente de los niños villagranenses, que apenas nacían y ya sabían de su condición de imbécil.
Pasaron los años, Eumelia y Simón seguían platicando todas las tardes en la panadería, uno de esos días pasó frente a ellos una niña de caminado torpe, rodillas chuecas y nariz aguileña, era tan fea como su madre, quien la llevaba de la mano. Junto a ellas iba don Genaro, que saludó amablemente.
-¿Y ahora qué piensas? -le preguntó.
-Que esa pudo haber sido mi vida -y con tristeza, señaló a la familia que cruzaba la calle.
20 comentarios:
Y luego dicen que Dios no castiga dos veces.
En este caso, creo que es peor arrepentirse de lo que no se hizo.
Lo leí de corridito, no hay nada dentro de la historia que distraiga, muy bien perfilado el personaje principal y los secundarios lo refuerzan sin desviar del asunto principal.
¿Sabes qué es lo mejor? No me refiero a que escribes realmente bien, tampoco a que se lee tan fluido como lo escribiste, ni mucho menos me refiero a la composición de personajes tan florida y eficiente; lo mejor de todo es que realmente tienes un estilo y se demuestra semana a semana.
Buena la narración, buen enfoque del arrepentimiento como la tediosa imposibilidad del "hubiera". De acuerdo con Dr. Gonzo tu estilo es un sello inequívoco. Me gustó, buen uso de los guiones. Saludos
Está buena la historia, me imagine a una morrita bien pinche fea toda chiveada XD
Yo agregaría una cosa, creo que faltan unas comas, como pa' darle más enjundia. Ejem. "Ella lo hacía temblar, en realidad, hasta una mosca podía conseguirlo." Noté otra pero ya me perdí jaja
Está chido el ejercicio de leer en voz alta lo escrito, así te das cuenta de muchas cosas.
Pd. Ja! Yo vi que publicaste y te arrepentiste y volviste a publicar.
Señora Ros, un escrito refrescante. Así, para estas tardes de calor. Concuerdo con Fer, hay algunas comillas que faltan, pecata minuta.
(intento de) Tallereo:
¿Niña de caminado torpe?, ¿No sería niña de caminar torpe? No sé, no me hagas caso.
Dark Angel
Detallitos que se irán asimilando poco a poco.
Para que todos los tomemos en cuenta.
PHERRO: Así es, el pobre de Simón terminó arrepentido por todo lo que no hizo. Gracias por tu comentario.
DR. GONZO: Uy, me sonrojas, =) Grax.
LEINAD: Lo de los guiones te lo debo a ti, gracias por enseñarme.
FER: Tienes razón, esa coma le falta, muchas gracias por tu aportación.
Fíjate que eso de leerlo en voz alta sí lo hice, yo creo más de cuatro veces, pero ya ves, se me fueron algunas comas, así pasa, lo bueno que venimos a tallerear.
Y sí, lo posteé y se me desacomodó y lo volví a postear, pero no me arrepentí, nomás le di su acomodadita, jaja.
DARK: Para mí ambas suenan bien, y son correctas, supongo es cuestión de estilo. ¡Gracias!
PHERRO: Y sí, los detalles son eternos, dicen que un texto jamás se termina de tallerear, lo importante es parar y decir: vale, así lo dejo.
En todo el pinche día no he parado de trabajar, por mis notas primero, más tarde porque querían la opinión del alcalde sobre el tema de que agarrarón aquí en Coatzacoalcos al asesino del poeta Javier sicilia, después me mandaron a otra cosa a la junta de arbitraje, apenas comí. Y dije a chingar a su madre el Mundo que hoy en Chedraui es miercoles de frutas y verduras, pero en los escribicionistas es Miercoles de Ros.
Y me ayudó a quitarme todo el pinche estrés, una lectura que bien valió la pena el teimpo que le dedique. Atrajó mi atención desde el la vida del principio, a la calle del final.
Muchisimas felicidades y gracias.
Simón es como dice una canción de café tacuva es de los que pintan bardas, para después ir a lavarlas.
y pasa que a veces te despiertas pensando "chíngale, la cagué", ps si la caguè pero no me arrepiento, solo me doy cuenta q soy pendejo...
muy buen escrito patrona!!!
Mejor asumir las consecuencias de los actos y no quedarse pensando en el que pasaría, no arrepentirse de lo que pudo ser y no fue.
srta. Ros la felicito el escrito le quedo muy bien estoy de acuerdo con los demas comentarios como el de Dr. gonzo dice tiene su estilo su sello la narrativa es muy suya. hasta llegue a dibujar en mi mente el pueblo parecido a cofradia de suchitlan. aca en colima .. saludos y muchas felicidades
Perdón por comentar tan tarde, pero es que he tenido problemas con esto.
Me agradó mucho!!!! y efectivamente, el hubiera, es consuelo de aquellos a quienes les falto valor en su momento, por eso ahora me aventare en paracaídas...
buena vibra!!!
PINCHESENDIC: Acá en mi rancho no hay chedraeso, pero sí hay miércoles de plaza en la comer, haha. Y qué va, gracias a ti por venir y comentar.
DESTROYER: Gracias, gracias. =)
MALQUE: Sí, eso es lo que debiera, pero puuuta, nos cuesta tanto trabajo, pfff.
Bebeto: ¡ROQUE! Gracias por pasar, agradezco mucho tu comment, ay Cofradía tan bonita, ahhh cómo extraño Colima... un abrazo.
SIRACUSA: Así pasa, creo que todos andamos locos con el tiempo.
Gracias y suerte con el paracaídas!
* AGRADEZCO A TODOS LOS QUE HAN VENIDO A COMENTAR, APORTAR O SALUDAR. GRACIAS MIL.
Awww pobre Simón!!! Excelente relato, la historia, el texto, la estructura. Solo tengo la duda de el tiempo, si esta bien manejado.
Es pasado, futuro y luego otra vez pasado. Es interesante la estructura y le da dinamismo pero quizá rematar con presente hubiera sido mas complejo
y cuando los vio que vida añoro?
la de la chingale o la de Don Genaro...
m,e gusto la historia, recolectada con cuidado y trabajada con calma.
personajes delineados e interesantes.
y pues reconociendo su obsecividad por el detalle fino. se que cada vez se supera mas...
ÚRSULA: No entendí muy bien tu comentario. Para mí la historia es un relato contado en pasado, pero nunca está de más darle una revisada a los tiempos. Gracias.
Rematar en presente no era lo que buscaba, porque
mi intención era contar algo que ya pasó.
CAPITÁN: Buena pregunta, jaja. Gracias.
Me refería a éste párrafo: "Simón seguiría haciéndose el difícil con La Chíngale, que más tarde se cansaría de mirarle; continuaría hablando largo y tendido con su única amiga, y esta, defendiéndolo eternamente de los niños villagranenses, que apenas nacían y ya sabían de su condición de imbécil". pero ya lo releí y ahora ya me surgió la duda ¿Qué tiempo es? porque bueno tampoco es como que domine yo mucho los tiempos y modos, el verbo esta en modo condicional, pero nunc he etendido bien si es futuro, mmmm ya me puso a pensar, investigaré =D "Simón seguiría haciéndose el difícil con La Chíngale, que más tarde se cansaría de mirarle; continuaría hablando largo y tendido con su única amiga, y esta, defendiéndolo eternamente de los niños villagranenses, que apenas nacían y ya sabían de su condición de imbécil".
Sí, jaja, yo igual ayer releí el relato y ese fue el texto que me saltó. Usé los copretéritos, ajá, modo condicional, pero creo no están bien planteados, yo también investigaré, aunque lo mejor sería cambiarlos... gracias!
=)
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