miércoles, 29 de junio de 2011

Esa fiesta no se olvida

Cuando iba en la secundaria, siempre había querido ir a las fiestas de los amigos de mi hermano, él siempre llegaba contándome historias geniales de sus fiestas que duraban desde las seis de la tarde hasta el día siguiente, contaba anécdotas chistosas de sus amigos y sus borracheras, de la música que escuchaban, de los problemas en los que se metían con los vecinos y de las chicas que lograban ligar. Siempre tenía toda mi atención, y cada que le decía que me llevara, solo se limitaba a contestar "estás bien morro, aguanta".

Cuando terminé segundo de secundaria, obtuve la calificación mínima para lograr pasar el curso empecé a conocer chicas y la calle, así que descuidé mucho la escuela, lo que provocó el enojo de mis padres y durante todo el verano, me dejaron de dar dinero, me ponían a lavar la ropa y los trastes y me obligaron a ayudarle a mi papá de vez en cuando en el taller, pues era mecánico. Ya me había resignado a que serían unas vacaciones que pasarían sin pena ni gloria y que entraría a tercero sin nada nuevo que contar, pero no fue así.

El fin de semana antes de volver a clases, como a las dos de la tarde, cuando el sol está en su mero punto, llegó mi hermano que volvía de pasar las vacaciones en la casa de mi abuela. Venía lleno de sudor y con la cara cansada, pero cuando me vio en el taller desponchando una llanta, se le dibujó una gran sonrisa y me dijo, '¡Felicidades carnal!, ya me dijeron que te volviste un desmadre, te haz ganado acompañarme a la peda de Chino así que lárgate a bañar, que no quiero que vayas todo mugroso'. Fue tanta mi emoción que no pude ocultarla, tiré al suelo la llanta haciendo bastante ruido, lo cual irritó a mi padre y solo alcanzó a pronunciar entre dientes tremendas maldiciones, pero no me reprendió, aunque me dedicó una mirada de esas con las que uno puede adivinar lo que están pensando los demás, en mi caso, fue una mirada que me decía 'pendejo'.

Esa tarde llegamos a la casa de Chino, iba muy nervioso, no sabía lo que me esperaba. Cuando estábamos enfrente de la puerta, salía el sonido amortiguado de la música. Mi hermano tocó la puerta y Chino la abrió cabrón ya te estábamos esperando, dijo en lo que le daba una calada al cigarro —¿y este cabroncillo quién es?, náh no importa hay un chingo de raza que ni conozco, pásenle yo me quedé parado un rato en la puerta viendo a toda la gente que había en la casa, unos estaban tirados en el suelo jugando a la botella, otros viendo un partido de fútbol en la sala (no sabía como lo hacían, la música estaba muy fuerte), en la cocina  había unas chicas riendo, y otros tantos grupos dispersos por toda la casa, pero en todos había en común el humo en el aire y botellas en el piso, o al menos eso me pareció.

¡Niñera! se escuchó un grito desde otro rincón de la casa, eran los amigos de mi hermano que le estaban hablando entre carcajadas y señas ya ves porque no te traigo, estás bien morro dijo mi hermano mientras avanzaba al grupo. Llegó a donde estaban y les comentó con una sonrisa, este es mi carnalito y es un pendejazo en la escuela, pasó muy apenas... y en eso sentí una mano en el hombro de un sujeto que tenía los ojos rojos y la mirada desencajada, como si no supiera donde se encontraba  bienvenido al grupo carnalito dijo mientras me echaba el humo en la cara. Todos los demás rieron bastante, aunque a mi no me pareció nada gracioso. Inmediatamente otro sujeto me pasó una cerveza bien fría  chupale pichón me dijo, todos los demás me veían esperando mi reacción, tomé la botella y de un trago bebí casi la mitad y todos se me quedaron viendo con una cara de asombro. Creía que el sabor de la cerveza era amargo y horrendo, ya la había probado antes, pero no fría, a veces tomaba la que dejaba mi papá, pero cuando lo hacía ya habían pasado horas desde que el se quedaba dormido y abandonaba las botellas, el sabor que tenían era horrible y hasta me causaba náuseas, pero tomar de esa botella fría, fue una sensación comparable con un chapuzon en la alberca en un día muy caluroso, y más porque iba acompañado de una especie de aprobación por los amigos de mi hermano. Vieeeeentos, este cabroncillo pinta para pedote dijo mi hermano, se me hace que aguanta más que tú, y señaló al tipo que me había echado la bocanada de humo en la cara. Todos rieron.

Pasó algún tiempo y yo solo me reía de lo que decían los demás, se llevaban bien a pesar de estar algo borrachos la mayoría, yo no me atrevía a decir nada, solo reía. En cuanto terminaba una cerveza, me pasaban otra más,  ya comenzaba a sentirme mareado. De repente me dieron unas grandes ganas de orinar, y no sabía donde estaba el baño, sentía  mucha vergüenza preguntarlo. ¡Qué van a pensar de mí! ¡que soy un mocoso mión! era lo que pensaba mientras  me aguantaba las ganas y veía a los demás reír. No pude aguantar más, estaba a punto de preguntar donde estaba el baño cuando de repente mi hermano así sin más dijo, voy a tirar el agua, ahí vuelvo  ¡ya te entró la de miar! dijo alguien y todos rieron. Seguí a mi hermano con la mirada para ver donde estaba el baño, y una vez que vi que subió las escaleras, me sentí mejor.

Pasaron quince minutos y mi hermano no volvía, yo ya no aguantaba más, así que decidí separarme del grupo de borrachos e ir a buscar el baño, cuando subí las escaleras, vi una larga fila, me di cuenta de inmediato que todos esperaban entrar al baño, a unos se les notaba más urgencia en el rostro que a otros. Bajé un tanto desesperado pensando en que si hubiera ido desde el primer momento en que me dieron ganas, tal vez ahora estaría a tres lugares para entrar a regar las margaritas. Fue cuando de repente, vi el cuarto con la puerta entre abierta, ya no aguantaba más las ganas de orinar y me metí en el. Adentro, había una pareja demostrándose su amor, pero no me importó, agarré un envase vacío de cerveza y empecé a orinar hasta que  estuve a punto de llenarlo, me dio algo de miedo, pensé que si lo llenaba iba a tener problemas, pero no fue así, le doy gracias a quien quiera que haya inventado el caguamon. Acabé de orinar, y sentí gran alivió, la pareja que estaba prensada en un abrazo, ni me hizo caso, pero cuando iba a salir, la chica solo me dijo, cierra bien la puerta, no queremos que nos molesten... lárgarte, niño. Salí de la habitación lo más rápido que pude, pero antes le puse el pasador desde afuera para que nadie más los molestara.

Llevaba el envase de caguamon en la mano lleno de mis orines, y en eso un tipo grande me lo arrebató dame eso morrillo  dijo. Pensé que iba a pasar lo que en todas las películas pasa, que le iba a dar un trago y le iba a saber bien, sin enterarse de lo que en realidad tomaba, pero no fue así, al momento que la agarró, la dejó a un lado y me dijo ¡no mames! es un pinche caldo, ten otra — y me pasó una cerveza en lata que estaba heladísima. Debo decir que me decepcioné un poco, pero no quiero pensar en lo que hubiera pasado si le hubiera dado un trago a la botella y se hubiera dado cuenta, creo que me hubiera colgado del calzón en el tendedero. Preferí no pensar en eso.

Empecé a deambular por la casa esquivando borrachos y parejas, la música era muy buena y parecía que todo el mundo estaba feliz, cuando de pronto la vi, se encontraba como a cinco metros de mi, estaba bailando, llevaba pantalón de mezclilla, chamarra negra, converse rositas; se veía hermosa. Jamás pensé en encontrar algo tan hermoso en medio de ese ambiente de borrachos. Se fijó que la estaba mirando y me dedicó una sonrisa, no estoy seguro de cual era mi expresión, pero le devolví la sonrisa y entonces, se me acercó.

Qué onda, vamos a bailar me dijo en lo que pegaba sus caderas a las mías, fue una bonita sensación. Ella no parecía mayor que los demás, así que me dio más confianza. Ocho rolas después, terminó la música bailable y empezaron a poner a Janis Joplin, ella no soportaba esa música. Grita como puerca dijo vamos a otro lugar donde no escuche sus berridos, además ya van a empezar de marihuanos. Me tomó del brazo y salimos al patio trasero.

Ya estando en el patio, se acercó a mi oído y dijo me caes bien, pero no te hagas esperanzas de que vamos a coger esa afirmación me sacó de onda, yo no pretendía nada más que verla bailar, fue ella la que me invitó a contonearme y después al patio. Yo solo le sonreí y le comenté que no pretendía eso (no por el momento), que mejor me dijera cual era su nombre. A ella también le tomó por sorpresa lo que le dije, y dudó un instante, después, me echó los brazos al cuello y me dio un beso. ¡Mi primer beso de una borracha!, tenía el aliento dulzón, pero no me importó, al principio pasó por mi cabeza que era como besar a una botella, pero luego me di cuenta de que tal vez mi aliento era peor, así que ni para qué comentar algo.

Duramos al menos veinte minutos abrazandonos y besándonos antes de que empezara la verdadera fiesta, de repente paró la música y se empezaron a escuchar gritos y ruidos de envases quebrándose, me aparté de ella un instante y cuando se dio cuenta de lo que pasaba, me apartó de un fuerte empujón ¡no me chingues, la policía!, y en un instante, desapareció de mi vista. Mi hermano salió corriendo al patio buscándome, me vio y me jaló de la playera, ¡pelate wey! si nos cargan nos chingamos los dos con mis papás y nos fuimos hasta la barda. Yo estaba asustado, pero no más que mi hermano. Yo no soy muy alto y la barda si lo era, no sé cómo es que logré saltarla sin tantos problemas, cuando estaba del otro lado, vi a mi hermano que ya me adelantaba como diez metros y yo empecé a correr tras de él, pero le perdí la vista. Sentí que se me bajaba lo poco mareado que estuve.

Al dar la vuelta en la esquina, un policía me detuvo, porqué tan agitado, dijo mientras me tapaba el paso no me digas que andabas de cabrón nnno, no, no yo estoy asustado por lo que está pasando, nunca había visto tantos policías dije mientras agachaba la mirada, está bien, vete a tu casa a jugar con los carritos, te ves muy mocoso para juntarte con estos marihuanos. En ese instante, vi que tenían a Chino detenido en una patrulla, el volteo a verme y me sonrío. Me asusté aun más, pero después me dio risa su cara.

Qué tranza carnalito fue lo primero que me dijo mi hermano cuando llegué a la casa, el ya estaba ahí, el desgraciado me dejó morir estuvo buena la fiesta ¿no?, me preguntó estuvo con madres le respndí—. Se acercó a mi y me tomó por los hombros como si le estuviera hablando a un niño chiquito o a su novia escúchame bien cabróncete, me dijo en un tomo muy serio, prométeme que vas a olvidar todo lo que pasó y no le vas a decir a nadie,  dudé un poco antes de contestar y me estrujó en busca de mi respuesta ¡promete que te vas a olvidar de todo! sí, sí, está bien, yo no diré nada. Eso es chingón, estás creciendo me dijo  y acabó por darme una palmada en el cachete.

Por supuesto que no cumpli mi promesa, nunca voy a olvidar esa fiesta. El lunes que volví a la escuela, ya tenía muchas cosas que contar.

16 comentarios:

Capitan TINTASANGRE dijo...

Divertida anecdota..

es muy curioso como de morrillos nos urge tanto crecer que hacemos tantas pendejadas.

y no faltan los que nunca crecen y nada mas terminan por embarrarte en vicios y cosas que no tienes porque pasar.
`pero es parte del juego.

creo que tu historia refleja mucho de esas ganas de ser "adultos" y tallereandole te faltaron mas malas palabras para aderezar la charla etre malvivientes, emborrachandose.

NTQVCA dijo...

Pues no creo haber tenido una fiesta así de adolescente, que chido que tu hermano te llevó con él. Me parecio divertido aunque un poco extenso y más como parte de tu blog que algo que hayas escrito para "Escribicionistas"

Pherro dijo...

¡La vida rial Carnal!
Me gustó, como una plática entre cuates, con lenguaje sencillo y directo.

Anónimo dijo...

Muy largo, plano, letárgico...fin


LA MALA DE LA HISTORIA

Ros dijo...

El final está de poca. Pero como comentan arriba, el texto es muy extenso, eso como que le resta diversión, creo que en menos pudo quedar más, más concretito e interesante. El recurso del lenguaje sencillo es muy bueno.

Dr. Gonzo dijo...

Yo la verdad es que no lo sentí extenso, me lo lei de corridito. Será que las pendejadas adolescentes siempre me llaman la atención, me divierten las bromas simples y las bobadas que suelen platicarse. Si algo he de recriminarte es que hay pocos momentos que resalten, haciendo que el escrito se quede en lo anecdótico. Eso no le quita lo divertido, pero sí faltó algo que lo hiciera resaltar.

Aline Suárez del Real dijo...

Sólo el principio me pareció un poco tedioso, pero ya después me divirtió. Siiiii a mi también me gustan las anécdotas de adolescentes. A lo mejor si algunas cositas que si se las quitas no importan y reducirían el texto.
Sobre todo, divertido.

maldito desgraciado dijo...

Capi: Y uno nomas llega a los 18 años y se quiere comer el mundo, digo, porque hay feria...
NTQVCA: Yo tampoco tuve fiestas así de adolescente. Esa historia me la inventé, no supongas que no lo escribí para este blog T___T
Pherro:En la vida real uno se queda aplastado de pedote jaja
Mala: Es complicado hacer algo corto, agradable, explosivo y que guste.
Ros: Siempre tengo pedos con los textos largos, como que a todo mundo le gusta cortito y épico XD
Dr: jajaja creo que es eso de que te gustan las pendejadas lo que hizo que se fuera como rapido (yo sabía que no era mala idea quemar la casa)
Úrsula: Trataré de hacer cosas más cortas en un futuro. Gracias por comentar.
TODOS: ESE TEXTO NO ES UNA ANÉCDOTA

Leinad dijo...

Pues si no es una anécdota, entonces creo que ahí radicaría lo bueno de su texto, el hacer creer al lector (sin dudar) que es algo real que le aconteció a quién lo escribe, eso es un gran logro, por otra parte ponerle algo de emoción o el factor sorpresa no le haya caído mal a su historia. Saludos

Siracusa dijo...

Buena la fiesta para la transicion del niño a "mayor". En lugar del Chino, me hubiera gustado que lo agarraran a el o al hermano por pierde almas jajaja o que lo cacharan con la de tenis rosas!!!

Buena vibra!!!

Anónimo dijo...

Debería hacer un experimento, tratar de desbordar la imaginación entre sus escritos, e ir alimentando de una idea en una, (tampoco haga una maraña de ideas no fundamentadas que no lleven a ninguna parte). Mire que entre la respuesta a los comentarios leo que tenia en mente prenderle fuego a la casa, no le caería nada mal y me refiero al factor sorpresa, es decir algo que nadie espera, quizá le da miedo no saber que más poner o como explicar que se genera el incendio, la respuesta es no todo tiene que explicarse, el factor suspenso es algo que el escritor sabiéndolo utilizar es un excelente recurso para tener al lector pendiente de sus letras, de como es que se cuenta aquello de lo cual aun no se habla, dosificar la información.

Una pregunta (espero usted no me responda ¿Qué cambiaria con mi respuesta? y si es así pues allá usted)

¿Cuando usted lee sus escritos, realmente le gustan?

Si su respuesta es "si", pues entonces ignore todo esto y quizá sea que uno está acostumbrado a leer cosas mas "sensacionalistas" donde la emoción es fundamental entre las letras.

LA MALA DE LA HISTORIA

Vergónides de Coock dijo...

Demasiado extenso aunque al final ya ni lo sentí. A pesar de no ser una anécdota, sí es anecdótico; falta lo original y me sorprende viniento de ti, lo podría esperar de cualquier otro escribicionista (hahahaha es broma) pero de ti. Me cagué de risa con los diálogos, debería cultivar ese género más a menudo.

la MaLquEridA dijo...

Pensé que eras tu pero ya leyendo tu comentario vi que no fue real, bueno me lo creí, hasta te imaginé cuando el hermano advirtió que olvidaras todo lo pasado.
Si me pareció extenso y un poco repetitivo pero en fin.


Saludos

Alejandro Aguilar dijo...

Naa, no stuvo largo, antes le falto para mi gusto. Utilizas un lenguaje mas "coloquial" eso esta chido. Y esas pedas son la ley, aunque cuando pasas de 21, ya esta mas cabron que regreses a una.

(o que puedas correr cuando llega la poli)





Dark Angel

pinchesendic dijo...

Sentí la historia como una de esas películas gringas de adolescentes, como super cool de hace unos años, o finales de los 90´s cant hardly wait.
Ya que muchos pasajes me rememoran esas películas.
Unos cuantos dedazos se le fueron, pero a todos nos pasan.

. dijo...

puta madre me latió un chingo porque me recordó a las pedas que me acomodaba cuando sí echaba desmadre :s...