sábado, 25 de junio de 2011

Te veo en la otra no vida




Este era el fantasma de un señor que acababa de morir. Entonces tomó sus maletas espirituales y comenzó a vagar por las calles. Un día o una noche, nunca me aclararon, que va y le jala las patas a un vecino suyo, pero no por mala onda, es que no sabía qué hacer y pensó en pedirle consejo al vecino. Pues el vecino se asustó y que se infarta. Entonces está el fantasma del señor y del vecino y los dos vagando y penando y peleándose que porque lo asustó y se murió el vecino y el otro de tan apenado, pues penaba más fuerte. El vecino le dice al señor que tienen que buscar descanso y que si les prenden una veladora y les hacen sus rezos, quizá podrían estar en paz. Y bueno, para que no pasara otro infarto y fueran tres fantasmas, el señor y el vecino que le dejan unas notas a doña Eva. Fue un problema porque al ser incorpóreos, o sea, ser nomás como unos sopliditos de aire, pues no podían agarrar el lápiz, hasta que vieron que nunca iban a poder ni agarrar el lápiz ni mucho menos escribir una nota. Se dieron cuenta, con el paso de los días, que poseer a Pancho, el hijo de doña Eva, era más fácil y él podía escribir la nota. Bueno, fue un relajo porque cuando el señor se metió al cuerpo de Pancho, el propio soplo de vida que movía al muchacho comenzó a rechazar al señor y que le dice y usted qué quiere, por qué se mete así sin avisar y el señor así de no Pancho, pérame, hazme un favor, escríbeme una carta o tú dile a tu mamá que me haga unos rezos y Pancho, no qué rezos, sáquese, déjeme, y que se mete el vecino y no podían aplacar a Pancho y ya del relajo se andaban peleando ya hasta entre los tres. Pues nunca se pusieron de acuerdo y al pobre de Pancho, doña Eva ya lo tuvo que mandar a exorcizar porque cada que le preguntaban que qué le pasaba, Pancho le decía que tenía adentro a dos hombres y el cura le dijo a doña Eva que su hijo era homosexual y había que sacarle el diablo. Le echaron agua bendita, le rezaron, le pusieron cruces chiquitas en todo el cuerpo, mientras Pancho ponía los ojos en blanco y se andaba peleando con quién sabe quién. El caso es que el señor y el vecino se terminaron chocando y dejaron al pobre de Pancho, quien luego de haber sido exitosamente exorcizado (a ver, díganlo de corrido: exitosamente exorcizado), se quedó con mucho miedo, muchas reservas y una tarde de verano que se tira de la ventana.
Y pues ay, el señor y su vecino. Pues ellos vagaban y penaban, espantaban gente pero era sin querer, es que se les acercaban y no podían tocarles, no podían comer, no podían ser vistos y para unos fantasmas esto no sirve mucho y es que ellos no tenían la vocación de asustar. Ambos veían a la familia que dejaron atrás y a su mundo, las cosas que les gustaba hacer y eso, ahora sólo podían contemplarlas. Pensaban y platicaban, filosofaban, no veían a más fantasmas y hasta como fantasmas esto los hacía sentirse solos.
Un día o una noche, tampoco lo tuve muy claro esta ocasión, el señor y su vecino se dieron cuenta de que no había luz al final del túnel para un fantasma y que tampoco los rezos les iban a poder ayudar. De repente veían uno que otro fantasma vagando y penando y que parecían sentirse bien así. Para los fantasmas no hay vida, parecían darse cuenta, ni siquiera hay no vida. Claro, finalmente para los que les guste asustar, será una buena vida/no vida. Pasaron muchos años, muchos, muchos. Vieron morir a sus parejas y vieron crecer y morir a sus hijos y esto les apenaba en cierta forma. Vieron nuevas generaciones nacer y el mundo cambiar, estaban ahora un poco contentos, porque se dieron cuenta de que vivos, no podrían haber atestiguado tantos e interesantes cambios. El señor y su vecino estaban cada vez más cómodos y a veces se reían con los engaños que le daban a la gente las religiones, las tradiciones y las instituciones acerca de ellos, los fantasmas. Se dieron cuenta de que la eternidad les esperaba. El vecino estaba un poco mal por eso, él pensaba que, aunque fue divertido ver pasar tantos años, no debería hacerlo así, no era conveniente que viera pasar más y más épocas, él estaba muerto y tenía que dormir para siempre. Convencido de esta idea, no le gustó más estar así y se fue desvaneciendo ante la sorpresa del señor que apenas alcanzó a decirle que lo vería en la otra no vida. El señor ahora estaba solo por completo y sin su vecino le parecía aburrido mirar la historia de la vida crearse. Le comenzó a dar curiosidad por el lugar donde habría ido su vecino, pensó que tal vez podría llegar y teniendo este pensamiento, se comenzó a desvanecer. Ahora, su último descendiente había muerto y el mundo por fin lo había dejado en paz.

13 comentarios:

NTQVCA dijo...

¡Ah que Señor!

NTQVCA dijo...

Bueno, pero entonces a dondé se iban los demás que se murierón si no había un más allá?


Me gustó la manera de contarlo, como si fuera alguien que de manera desenfadada te cuenta aquella historia del pobre Señor y su Vecino desalmado.

Anónimo dijo...

Sí, esto se lee como platicadito, es una historia divertida, corta, sin muchas explicaciones. Me gustó mucho. Tu idea me parece genial.

(ros)

Dr. Gonzo dijo...

Hola NTQVCA, aparentemente en lo que entiendo del escrito, la gente que es muy recordada por alguno u otro motivo es la única que se conserva como fantasma y no tiene la bendición de desaparecer por completo. Lo que es cierto, es que algunos cabos quedan sueltos y por eso puede no ser tan explícito.
Y sí, quise relatarlo algo como lo que son este tipo de historias, como un cuento o historia que se platica entre los cuates. Gracias.

Dr. Gonzo dijo...

Gracias Ros, precisamente es del tipo de historias que adolezco y al ser mi cuarto intento de un escrito para este tema, sentí que podía quedar bien algo totalmente nuevo para mí, tanto en fondo como en forma. ¡Chido!

Fantasía psiquiátrica dijo...

Sí, es algo distinto de lo que venías escribiendo, pero es cotorro e introspectivo, eso lo hace más peculiar. Yo conozco muchos como el señor y su vecino, sólo que están vivos.

Pherro dijo...

Sí, está bien cotorro, más esa parte de: y el otro de tan apenado, pues penaba más fuerte.
Yo no sé hacer critica, ni quiero aprender, me gustó y ya, como tantas otras cosas que he leído y me han entretenido e interesado en su momento.
La idea al fin es eso, una conjetura, pues de vida/no vida al morir, nadie puede asegurar nada.

Capitan TINTASANGRE dijo...

jajaja.. Dr Gonzo.
te juro que senti un cuento, como aquellos que contaban los abuelos al atardecer.

con desenfado y ligeresa, lleno de cotidianidad y muy coloquial.
dos fantasmas filosofando y desvaneciendose en la bruma.

gracias por esta lectura.

la MaLquEridA dijo...

Exitosamente exorcizado, es fácil decirlo je.

Es lo que nos espera al final, la muerte de nuestro recuerdo y al final final desvanecerse nuestra alma.

Aline Suárez del Real dijo...

Ja! muy bueno, así como si la señora chonita te lo cuenta, de chismesito, te quedó bien, no sé que tanto trabajo te habrá costado, pero quedó bastante bien.

Siracusa dijo...

Muy buen cuento, me gustó ese escrito relajado y en un ambiente muy de cuates, me imagine a mi abuelita contandome sus historias junto con ese lenguaje tan de ellos.


buena vibra!!!

Dr. Gonzo dijo...

Whoanz: En efecto algo distinto a lo que venía haciendo. Me siento cómodo cuando hago cosas diferentes.
Pherro: En efecto, con base en eso es que formo esta visión - creo - alterna de lo que pasa con los muertos.
Capi, Úrsula y Siracusa: Me gusta que les haya gustado, me costó un poquito de trabajo porque soy obsesivo con hacer concordar tiempos y hechos, pero me gustó cortar esa parte y ser más libre.

Leinad dijo...

Su cuento al principio como que me brincó el uso excesivo del "y" pero en breve instante llegué a donde la histora indica, y me gustó el como se cuenta esa historia que a mi me saco la risa, buen escrito el suyo para mi gusto Dr. Gonzo.