sábado, 27 de agosto de 2011

Polvos mágicos


Habían pasado ya años desde la última vez que había estado allá. No reconocía el camino y le daba la impresión de que ella no era conocida para él tampoco. Miraba a través de la ventanilla y de tanto en tanto se topaba con su reflejo. Cuánto la habían cambiado los años, ella misma se sorprendía. Vagamente recordaba el olor de las frutas con piloncillo, que su madre cocinaba en navidad. Su segundo primo, recién nacido, que a medida que crecía iba robando uno a uno sus juguetes, que junto con su infancia, poco a poco se iban desvaneciendo. ¿Quién diría que llegaría el día en que crecería tanto, que dejaría de caber en la vieja casa de muñecas tamaño real que de niña le construyó su papá por no comprarle una marca Barbie? ¿Quién diría que un día esa misma casa de muñecas, se convertiría en un cuartel militar? Esta navidad, volver a casa se le antojaba viajar en el tiempo, a un pasado remoto de papeles amarillentos y fotografías viejas. Se preguntó qué sería de ella el día que, por azares del destino, tuviera que volver a la universidad de la qué, hacía no más de unos meses, se había graduado. Se preguntó qué sería de ella cuando este presente se convirtiera, como su casa de muñecas, en un pasado remoto. Puso atención entonces al camino, del que de tanto vagar en el tiempo, se había distraído. No faltaba ya casi nada para llegar a casa. Se preparó entonces para bajar del autobús, ahí, en la esquina de siempre, la estaban esperando.

La tarde transcurrió tranquila, la casa ya no era la misma. En el jardín crecía verde la maleza bajo el columpio que colgaba del capulín, el mismo en el que siendo una niña había aprendido a leer. Lo había olvidado casi por completo. Sus primos habían crecido tanto, y se comportaban ahora como finos caballeros. No más pucheros en la mesa ni crayolas en las paredes. Y ella no sabía decir si eso le agradaba o no. A la hora de la cena todos se sentaron educadamente y oraron como si creyeran en Dios. Había pasado ya tanto tiempo desde su última cena de navidad en familia que todo aquello le parecía surreal. Fue tal vez por eso que no supo si reír o llorar cuando su madre anunció que vendían la vieja casa. Con toda la felicidad del mundo explicó que ella y su nuevo novio se mudaban a vivir a la playa.

A la mañana siguiente despertó en su vieja habitación. La cama le quedaba chica y más de una vez durante la noche pensó que caería al piso. Con la espalda adolorida se puso de pie, caminó como quien camina dormido al jardín. Debía volver esa misma tarde a la ciudad y decidió pasar el tiempo que le quedaba contemplando el jardín. Llegó a su antiguo columpio y se sentó con parsimonia. ¿Cómo podía ser que lo hubiera olvidado? Que hubiera olvidado aquellas tardes soleadas en su pequeño jardín. Quien la hubiera visto habría pensado que cayó del columpio, pero la verdad era que deliberadamente se había echado a la hierba. Tomó una piedra de ahí cerca y de entre planta y planta raspó un poco de tierra. Se la puso en la mano izquierda y con ella corrió a la cocina a buscar un frasco pequeño de cristal. Lo contempló largo rato hasta que se quedó dormida.

Años más tarde una niña pequeña de grandes ojos y cabello negro le preguntaría que había en aquél frasco. "Polvos mágicos", le respondería ella, y ante la carita de incredulidad de la niña, agregaría, "Te lo juro, hija, que si los miro fijamente vuelvo a tener tu edad".

14 comentarios:

ESCRIBICIONISTAS dijo...

Hola escribientes:
Hoy se integra a este blog, Sofía, cada sábado acompañando a Doc Gonzo.

¡Saludos!

VioletaJacaranda dijo...

Oh oh, cierto!, olvidé presentarme, que tonta yo.

Bueno, pues llegué aquí por invitación de Ros (muchas gracias de nuevo Ros). Soy de México Distrito Federal, orgullosamente y vergonzosamente. Me dedico a las artes gráficas y a caminar bajo la lluvia. Mi película favorita es Amelìe, y todo lo demás no es importante.

Mucho gusto, nos estamos leyendo!
Sofía.

Ros dijo...

Amé sobremanera el final. Me gusta mucho tu estilo, lo que disfruté bastante de este cuento es cómo situas al personaje y cómo describes lo que le rodea, el aroma de la navidad, pude imaginar el lugar, el olor a viejo del columpio que colgaba bajo el capulín y la textura de la hierba; entré totalmente a tu historia, pues.

Un placer, y claro que nos estamos leyendo!

LUIS TORRES dijo...

Hola Sofia, que e leido tu relato muy encantado, tiene un buen dominio de los tiempos, vas y regresas con buen estilo, y el argumento auque suele pasar en cualquier familia una noche de cena familiar, tu la hacer ver en otra dimension

Saludos, buenvenida. Y buena eleccion RoS

Unknown dijo...

La tierra por si sola es mágica.
Me gustó; ayer fui de metiche a tu blog y lo leí ahí.
Y sí, el relato logra atrapar la atención del lector y llevarlo a sus propios recuerdos.
Bienvenida Sofía.

Anónimo dijo...

Hola Sofi

Igual me encantó tu relato, lograste conectarme con aquel jardín, la cama pequeña y el columpio viejo. Y para las personas que tenemos hijas, el final me pareció fantastico.

Saludos

Dr. Gonzo dijo...

Hola vecina, bienvenida.

La lectura de tu escrito me remitió a un detalle de estilo cinematográfico, porque plasmas descripciones con ánimo de fotografía. Lo evocador de tu estilo me agradó, aunque igual de repente sentí que veía el Discovery Channel, con lo que me refiero a lo gráfico que se vuelve tu lenguaje. Resultó algo distinto a lo que he leído.

Siracusa dijo...

Me gustó mucho tu escrito, esa parte del columpio y de como el personaje se reencuentra con sus recuerdos me encantó!!! La forma en que lo vas llevando wow!!

bienvenida y buena vibra!!! :D

. dijo...

siempre hay que guardar un pequeño pedazo de tus recuerdos, los que te hicieron quien eres...

me agradó bastante...

bienvenida!!!...

la MaLquEridA dijo...

La niñez es eso... magia puro donde el sueño más inverosímil se vuelve realidad.

Saludos.

Capitan TINTASANGRE dijo...

cuando despues de muchos años años regrese a casa de mis padres y dormi en mi viejo cuarto.

regrese a mi infancia.

que magia tiene el polvo y la tierra
de aquello que tanto amaste pero el tiempo te esconde.

bienvenida Sofia
sientete como en casa.

NTQVCA dijo...

Sofia, bienvenida a escribicionistas, tu escrito me recordó cuando yo estoy emocionada y estoy platicandole algo a mis amigos y quiero que no se pierdan de ningún detalle y y y... es decir, me parece que divagaste un poco con las descripciones.

pinchesendic dijo...

Decirte bienvenida siento que está de más porque tiene un ratote que entraste, pero bienvenida. Cuando recuerdas cosas de tu infancia que has vivido a través de objetos inanimados, te remiten hasta la fecha en que sucedi{o tal y como le ocurrió a Dominic Bretodeau cuando le entregaron su caja del tesoro con las canicas, la foto, y el ciclista.
Muy sabroso el escrito.

Fantasía psiquiátrica dijo...

De memorias autobiográficas, el crecer y el volverte a la racionalidad, vaya, ni dios existe. La tierra si existe, es mágico canal del tiempo.
Un gusto leerle.