domingo, 16 de octubre de 2011

Ema



Con pasos pausados recorro los pasillos del vetusto sanatorio, hace años que dejé de ejercer, pues ya mis ojos se han cansado, pero aún disfruto mucho venir por aquí y dar un poco de consuelo a mis pacientes.
Durante más de ocho décadas he visto tantas cosas, nací en 1926 en Salvatierra, Guanajuato, en plena guerra Cristera;  a mi padre no lo conocí ya que murió fusilado al grito de ¡Viva Cristo Rey!  Así que fui criado sólo por mi madre quien, como pudo, me envió al colegio del estado a  estudiar medicina.
Ahí conocí a Ema con quien tuve dos hijos y una hija.  La familia se multiplicó y ahora tengo también seis nietos y cuatro bisnietos.
Sé que cuando termine mi ronda esta noche, me esperaran en casa y habrá pastel para celebrar mi cumpleaños.  Mis hijos pondrán algo de música antigua como ellos llaman a mis viejos discos que el año pasado me regalaron en un mp3.
Mi hija querrá sacarme a bailar y yo habré de hacerme de rogar, al menos un rato para que disfrute aún más su victoria como cuando niña se salía con la suya.
Mis nietos con cara de aburridos irán de canal en canal por la vieja tele de bulbos, que aún conservo en la sala y que no he querido cambiar, quizá porque nunca estuve mucho tiempo en casa, algo que aun de vez en cuando me reprocho.
Sus hijos saltaran, correrán rompiendo todo al igual que alguna vez lo hicieron sus padres. Y cuando todo acabe y se marchen a sus casas me quedare solo. Solo con mis recuerdos y fotografías de mis ochenta y cinco años a cuestas.
De mis diez años ya sin ti.

8 comentarios:

Unknown dijo...

¡Muy bien mi Capi!
Al igual que PincheSendic, le diste un cariz diferente al tema y eso se agradece al leerlo.
Me gustó este relato, tiene la misma fuerza y emotividad que tus historias de piratas.

Pinchesendic dijo...

Capi, el relato tuvo emotividad, pero siento que al penúltimo párrafo le faltó un poquito más de fuerza.
Eso sí se me hizó muy digerible la historia.

Ros dijo...

Los 80's del doctor, vaya, buen abordaje del tema, Capitán.
Me latió. =)

NTQVCA dijo...

¡Que sorpresa la de tus ochentas! muy bueno Capi, me hicisite pensar en la manera de abordar la vida esperando el desenlace y recordando nada más.

la MaLquEridA dijo...

La soledad de la vejez Capitán, eso nomás.

Dr. Gonzo dijo...

No es algo complicado situarse en un ambiente de soledad, lo que es difícil es hacerlo creible cuando alguien de ochenta años lo dice. Lo que fue es lo que va a quedar el resto de sus días y puedes transmitir esa desolación tal cual.

Fantasía psiquiátrica dijo...

Un viejo ochentero de los veintes, Yeah.

Paco Payán dijo...

De aquí para allá de allá para acá, una armónica desolación. Chido