lunes, 24 de octubre de 2011

VERANO EN LIMA


Luis se despertó aquel día con dolor de cabeza. Hace calor, demasiado calor. El sol entra por la única ventana del departamento sucio en que vive. Se siente mareado. Decide ir a cagar. Sabe que le costará trabajo hacerlo porque el dolor de cabeza es fuerte y el esfínter no se relaja cuando hay dolor. No le importa, de todas maneras lo intenta. Nada. Mierda, debe encontrar una solución contra el dolor de cabeza. Por eso se viste con lo primero que encuentra, sin importarle la combinación de colores, lo que quiere es sentirse mejor y huir del maldito calor que le agobia los pensamientos. Sale a la calle. Odia el verano porque incita a la gente a salir en grupo, a creer unidos que el mundo es bello y que la vida funciona según el plan divino.
Luis prefiere el invierno y los días lluviosos. En el invierno todos son grises y opacos, si, todos muestran su verdadero y asqueroso yo, el que les duele y jode en las entrañas. Todos esos imbéciles que lo miran como si estuvieran en una mejor posición sufren en invierno porque no pueden engañar a nadie, ni siquiera a sí mismos. Lo único que les queda es la navidad, la puta navidad con sus esferas mariconas de colores y el estúpido Santa Claus riéndose como un idiota.

En la calle descubre que el dolor se ha ido. Luis tiene hambre. Compra un pollo Broster, completo, envuelto en papel. Se dirige al parque, se sienta en un banco, saca el pollo del papel, arranca una pierna, la desgarra con los dientes, se mancha de grasa el cachete derecho, unas señoritas asquerosamente decentes lo ven y fruncen el ceño, Luis las ignora y sigue comiendo, un policía pasa y observa la escena, no le gusta ver al tipo vestido de colores extraños comiendo como un animal, se detiene, le dice a Luis que no puede comer en el parque, Luis deja de comer, el policía se va, Luis saca el pollo de nuevo, arranca la otra pierna, la muerde como un león, el policía regresa, esta vez con el garrote en la mano, sin avisar le pega a Luis el primer golpe, luego el segundo, el tercero y una docena más, el ruido hueco de los golpes se mezcla con el aire húmedo y caliente, nadie se inmuta, ya era tiempo, dice alguna viejita piadosa, las señoritas asquerosamente decentes sonríen con disimulo, alguien saca una foto con el celular, como recuerdo de verano, en una pileta corre el agua, los niños juegan, las palomas buscan semillas, los turistas creen que esa ciudad es maravillosa, los enamorados se meten mano bajo la sombra, el sol brilla en lo alto, los imbéciles caminan de un lado a otro, convencidos de que el mundo gira con la fuerza de sus pasos, el policía le pega a Luis dos garrotazos más y lo deja en paz porque le duele el brazo y el sudor le mancha la camisa condecorada. La función terminó. Todos se van. Luis se queda sentado en el banco. Bueno, podría haber sido peor. Sabe que el policía está de buen humor por ser verano y no se lo llevó a la comisaria. El pollo sigue ahí, envuelto en papel, tirado en el suelo. Luis tiene hambre, más hambre que antes. Lo recoge, saca el pollo otra vez, arranca un pedazo de pechuga y comienza a comer. La gente lo mira de nuevo. Luis sabe que el destino se ensaña con él en verano, cuando el sol está en lo alto y los pajarillos cantan. A lo lejos se acumulan las nubes negras. Pronto va a llover.

Luis sonríe.

12 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Emmm ¿Y tu post PHERRO? no lo comenté porque me pareció que no lo pensaste mucho y ahora ya no está, ¿qué pasó?

la MaLquEridA dijo...

Estoy de acuerdo con Luis, el verano me marea con su sol y sus cielos azules, prefiero el frío. Por lo menos al protagonista lo dejaron en paz, unos cuantos garrotazos pero libre que es lo más importante.



Saludos.

Unknown dijo...

Me gustan estas historias en las que los protagonistas disfrutan de su mala suerte.
En una ciudad, todas las posibilidades y las más absurdas realidades, tienen cabida.

Ros dijo...

Como lectora yo le digo a Luis gracias por haberme hecho reir, he tenido días grises, y aunque también me gusta lo gris y que llueva, tu texto me destornilló.
Me gusta como me va llevando esta historia, a pasos atrabancados, con ritmo salvaje y grotesco como el personaje.
Además del relato inundado de sarcasmo y acidez , yo disfruto de las frases cortas, así que doble agradecimiento.
Me parece un texto pulido y trabajado, vi un par de acentos por ahí, pero bueno, cosas de edición.
=)

Siracusa dijo...

Los días grises son mas sinceros. Me gustá tu texto, fluido y sin tanto rollo. Y aunque me hubiera gustado conocer el nombre de tu ciudad, creo que no hace falta, al final, se acopla a la realidad de cualquier urbe.

pinchesendic dijo...

Siracusa, creo que la ciudad que cuenta Luis es Lima, Perú.
Luis, felicidades, está genial, al principio no creí que estuviera tan bueno, pero la verdad desde el tercer renglón me quede prendado. Por mi parte pienso que hay oraciones en que bien las pudiste separar con un punto y seguido en lugar de una coma.

NTQVCA dijo...

Me atrapó desde un principio, igual que el resto de la gente que se quedó a ver como le pegaba el policia, como si ese sopor que te produce el calor del verano de hiciera quedarte inmovil, observando las cosas sin importancia que pasan a su alrededor. Bonita tu historia Luis.

Anónimo dijo...

MAS QUE LOS COMENTARIOS, POST ASI ENRIQUECEN ESTE BLOG.
PERDONEN LOS DEMÁS, PERO A MITAD DE MUCHOS ME DIO INMENSA FLOJERA.
SI QUIEREN RETROALIMENTACIÓN, OFREZCAN CALIDAD.
M.h.

Siracusa dijo...

Jajaja cierto!! perdón no leí bien el título, debió ser porque me quedé clavada con la historia. Gracias por la aclaración Sendic.

Dr. Gonzo dijo...

Esto es lo mejor que te he leido, qué bueno que seas un invitado constante. Para serte sincero, no le tomé ni tantita gracia en la primera lectura, pero en la segunda, encontré detalles que la dan dimensión al personaje y eso me gustó bastante.

Fhercho dijo...

un pollo, un parque, mirones y policias, una buena mezcla para una ciudad muy usual.

Capitan TINTASANGRE dijo...

Lima, Peru. imagino que al estar tan cerca del ecuador hara mucho calor y humedad.
por otra parte la idea de comer pollo a esas temperaturas no se ha de antojar mucho. pero es para tu personaje algo tan idilico que soporta incluso unos garrotazos para seguir comiendo.

bienvenido y siga trayendo estos exquisitos relatos