lunes, 26 de diciembre de 2011

Dos cuentos


CAPERUCITA ROJA I
Caperucita iba por el bosque a visitar a su abuelita. Esa tarde, en lugar de pasteles, le llevaba pan tierno y perdices confitadas. En el camino se entretuvo cogiendo flores y perdió la cestita. Pasó el lobo por allí y la encontró. Conoció que era de Caperucita, la cogió, la llevó a casa de su abuelita y la esperó. Caperucita llegó llorosa, pero al ver la cestita se alegró. Tras Abrazar a su abuelita susurró:

-Muchas gracias señor lobo.
- No hay de que, Caperucita. Quise hacerte este favor y decirte que no seas tan descuidada pues en el bosque hay animales muy peligrosos y algún día..., pero, siendo sincero, lo que buscaba, era mirarte y gozar de tu hermosura.

Caperucita, al fin y al cabo mujer, fue intuitiva y adivinó que el lobo estaba por sus carnes. Complacida, bajó la cabeza y dijo sonrojada:

-¡Que cosas dice señor lobo! Está haciendo que me ponga colorada.

La conversación fue adquiriendo confianza. El lobo se relamía y no quitaba la vista de Caperucita. En un momento, que estimó que estaba distraída, se abalanzó sobre ella, la tomó por la cintura y dijo con pasión:

-Caperucita, me estás volviendo loco. Si me dejas, te como a besos.

-¡Por Dios señor lobo! ¡Qué vergüenza! Se va a dar cuenta de sus pretensiones mi abuelita- Y acercando la boca a la oreja del lobo musitó-: Mañana en el bosque, cuando estemos solos, le dejaré que me coma a besos.

Era una tarde maravillosa. Caperucita invitó al lobo a merendar, llevó a su abuelita hasta la mesa y dispuso el pan y las perdices confitadas. Y fueron felices y comieron perdices...

CAPERUCITA ROJA II
Mientras Caperucita y el cazador eran felices y comían perdices,
el lobo lloraba, pues no había sido el quien había escogido ser feroz.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola escribicionistas, no había checado mi correo y no pude ver que desde hace días Luis Torres me mandó su participación para cuento infantil.
Como hoy lunes no hay posteo, espero que no les incomode mi retraso, saludos, Ros.

Unknown dijo...

En lo personal, me agrada leer versiones libre de los cuentos clásicos.
Esta, por ejemplo, no sería una versión apta para niños muy pequeños... o en estos tiempos, quién sabe.

maldito desgraciado dijo...

También me laten las otras versiones de cuentos jaja, esa Caperucita, tan ligera que deja para muchas reflexiones.
Noté la falta de algunas comas en los diálogos, en especial los de Caperucita...
-Muchas gracias, señor lobo.
-¡Qué cosas dice, señor lobo!
-¡Por Dios, señor lobo!
Que aunque en ocasiones se permiten faltas ortográficas o de redacción cuando el narrador es un personaje, este no fue el caso.
En fin, un gusto que participe con nosotros.
Saludos!
Felices fiestas.

Dr. Gonzo dijo...

Un gusto leerte de nuevo Luis en una faceta que parece te acomoda muy bien porque va en el tono de otras de tus colaboraciones anteriores. La facilidad entonces, contrasta con el ruido de un par de guiones (en diálogos y espacios de párrafo) pero nada que no salga con una pulida. Por otro lado, me pareció una circunstancia un poco simplona la de la capirujita, pero graciosa eso sí.

Ros dijo...

Agradables las lecturas, Luis.
Como ya lo mencionaron arriba, no son para público infantil, pero ingeniosa y divertida la idea.
Yo nunca había leído una adaptación de Caperucita, novedoso para mí, realmente lo disfruté.
Gracias por tu colaboración.

Fantasía psiquiátrica dijo...

Muy recurrente la caperuza, y más si le otorgan todas esas connotaciones picantes y pasionales ya clásicas de los personajes que integran el imaginario de este cuento infantil; bien descrito, quizá sí la falta de algunos guiones, comas, pero nada que afecte la posibilidad de entender la dirección e intención de tu escrito.
Saludos.

Paco Payán dijo...

Buena la intención y para mi gusto bien lograda en tu escrito que me ha dejado un buen sabor de boca, más allá del personaje que ya es una refrencia obligada en el imaginario como comentan arriba.

Saludos