domingo, 26 de febrero de 2012

el pitufo



Lo apodaban “El pitufo”, toda su vida había laborado en la recolección y reciclado de materiales industriales al mayoreo, recorría afanosamente las calles, buscando aquí y allá todo lo que se podía comercializar. Desde contenedores para agua hasta latas. Todo aquello que pudiera llevar al vertedero e intercambiarlo por unas monedas de baja denominación.

Desde su infancia sufrió de serias carencias económicas, emotivas, abandono y rezago social, ya que sus progenitores no tenían los medios para darle una calidad de vida digna. Sus contemporáneos continuamente lo molestaban haciendo mofa de su escasa inteligencia y falta de belleza.

Al llegar a la pubertad conoció a una joven de indefinidos rasgos nativos que le cautivó, y no le importaba que ella se dedicara al sexo servicio. Fue con ella con quien consumó el acto por primera vez, intercambiando fluidos y deseos, quedando prendado de ella.
Por ella conoció “al chango” un presunto narcomenudista que comercializaba estupefacientes a toda la comunidad. Este le invitó a formar parte de su organización, al principio sólo ingiriendo y transportando preservativos rellenos de enervantes dentro de su bolsa estomacal al otro lado de la frontera.

Sin embargo, fue aprehendido y la comisión nacional de derechos humanos se encargó de salvaguardar su integridad física, gracias a ello no lo interrogaron con mayor severidad, ni le introdujeron nada en contra de su voluntad. Aunque en el centro de reinserción social descubrió su verdadera orientación sexual, creando una sociedad de convivencia con un afroamericano musulmán que le enseño a amar a Ala.

Al cumplir su sentencia y sentirse nuevamente libre, recorre la ciudad de la esperanza, con su vestido rojo y zapatos de tacón de aguja,  se detiene a oír un mitin de López obrador. Mientras fuma un cigarrillo y le grita….¡¡Callen a ese puto!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo políticamente correcto... hasta el final, jaja, está cura... pero no sé, algo no me cuajó, me pregunto, ¿Por qué El pitufo, después de amar a Ala, gritaría algo así? No capté muy bien, sentí un hueco en la historia, o será que soy lenta y ocupo explicación mil. Saaábe.
No fue políticamente correcto, pero SÍ muy divertido, gritar eso al peje.
Ha tenido mejores domingos, Cap.

Saludos, Ros

Fantasía psiquiátrica dijo...

Me agrada la trasmutación de los personajes, y para el caso de “pitufo” se fue hilvanando un carácter y una postura, anteceden las chingas, claro. Pero el “tiro” viene al final, me pareció estar junta a esa “mujer” desenfadada, harta (o) del hartazgo…
Saludos Cap

Piper dijo...

Bien llevado y mezclado el nacimiento y desarrollo de este personaje. El final viene rebueno (imaginé a este(a) gritando desenfadado en plena plaza). Me laten tus textos.

Saludos