domingo, 1 de abril de 2012

Platica con Johnny el hampón

¿Confianza? ¿Qué mierda es eso en un mundo lleno de desconfianza? ¿Acaso existe? ¡Claro que no! Pero fingimos que la hay para que funcione el negocio. El dinero genera confianza, cambiarlo de manos es el problema ¡Siempre hay un hijo de puta que se quiere quedar con la mayor parte! De esos cabrones me encargo yo ¿Cómo? Cortándoles los dedos y rajándoles la cara ¡No hay otro modo mejor para ajustar cuentas. Rompes algunas narices por aquí y por allá, y restauras la confianza nuevamente ¡Esa es mi labor! Mantener todo confiable. Quien se sale de la línea, yo lo regreso y si no, yo me ocupo de que no vuelva nunca más.

De Las Vegas a Nueva York, de Chicago a Los Ángeles, ajustar cabrones es mi profesión. Empecé haciéndolo con negros, puertorriqueños y demás escoria callejera. Llegaba yo con mi pelo engominado y les esperaba a unos metros de donde estaban. Me recargaba en el auto, encendía un cigarrillo y luego de la primera bocanada, soltaba el rayo justo detrás de sus orejas:"¿Tienes el dinero?" (Jeje eso hacía que se cagaran). Intentaban huir, pero para esos instantes ya les tenía tapadas las salidas con mis acompañantes. Lentamente me ponía mi antigua manopla plateada (el dorado es de judíos pendejos y sin buen gusto) y a poner en práctica las clases de boxeo: "Te gastaste el dinero con las putas de la 3era ¿verdad?" y ¡Pum!, les quebraba los pómulos de un putazo, luego los dientes y al final la mandíbula ¡Buenos tiempos!

Pero ya hablando en serio, en cuestiones de billetes es fácil restablecer la seguridad... no así en el amor. A quien le traicionan o abusan con eso, jamás recupera lo invertido... es decir, la confianza. Mi primo Vinny le echo vinagre en la cara a su novia por haberla descubierto mamándosela a otro. ¿Aprendió la lección? Sí, pero no es nada bonito levantarse todos los días y ver una jeta desfigurada:

¿Así mantienes todo firme primo?

¡Así lo hago! Con amenazas, no hay de otra. Gente como nosotros en altos puestos y a gran escala, le haría un gran favor a la ciudadanía ¡Que crisis económica ni que mierdes! ¿Quién desfalco en Wall Street? Dennos los medios y vas a ver como carajo no iba a aparecer ese puto dinero, y de paso nos cogemos a la negra Michelle de Obama ¡Dios que brazos tan fornidos! Diez puñetas a la semana le dedico, no menos.

Me han roto el corazón tantas veces, como yo le he partido los labios a un increíble numero de apostadores morosos. Fiarme de una cara bonita o de unas nalgas de lujo, ha sido como darle a guardar a un ebrio una botella de whisky. He sido un confiado, lo admito. El problema es que no puedo usar los mismos métodos correctivos de mi trabajo en una relación de pareja... Bueno sí. Si te amarras una toalla a los nudillos a la hora de enseñarle quien manda a tu nena, no dejaras moretones en la piel (y sin pruebas no hay delito que perseguir). Pero creo, ese no es el punto.

Decía mi madre: "A las mujeres ni todo el dinero, ni todo el amor". Es momento de hacerle caso. La amistad es lo único que no se quiebra, eso sí puedo asegurarlo porque en la cárcel lo comprobé (ni yo cante, ni mi compañero de atraco, pero en mi ausencia la que era mi esposa se acostó con mi abogado ¡Malditos!). En el mundo en el que me desenvuelvo la lealtad se compra, y se llega a la pinche cima no confiando en nadie... y apuñalando por la espalda a todos aquellos que se dejen. Esa es la triste regla que se aplica ya, a casi cualquier ámbito de la vida. Y llegamos así, de nueva cuenta al principio de nuestra charla ¿Confianza? ¿Qué mierda es eso en un mundo lleno de desconfianza? ¿Acaso existe? ¡Qué gracioso que una noción humana la demuestre más un perro que nosotros! En fin.

1 comentario:

Julieta dijo...

Buena forma de desarrollar el tema en este circular relato con la confianza rondando entre la desconfianza. Lo pude leer sin problemas porque es una redacción bastante amena...sin mencionar lo interesante que me resultó. Un placer leerte, saludos =)