miércoles, 18 de abril de 2012

Puntual


Qué es un faje y cómo se hace, faje mega caliente, agasajo, calentada, prender el boiler para meterse a bañar; fajes en la escuela, canciones para el faje, pfff, esto y más me mostró Google, para decir que es el punto medio entre hacerlo y no hacerlo, el roce con ropa. ¿O sin?

Me aventuro a pensar que no sólo de roces se trata, sino de sentir lo rico en el cuerpo, el goce, una probadita. De ser así, mi primer faje fue con la comida. Con muchas. Mi madre me daba ‘picaditas’ cuando la veía cocinar. Sentada en el pretil, no tardaban los cubitos de zanahoria, las galletas con no sé qué o las cucharadas de sopa, para juzgar qué tan bueno estaba el guiso del día. Yo relamía mis bigotes, por eso me gustaba estar ahí, también por adelantada, por chismosa, por anunciar a mis hermanos qué tan bien sabía esto o aquello.

Cuando llegaba la hora de comer, entonces decidía si primero quería la sopa, o le entraba de lleno al platillo fuerte, en casa había libertad de elegir. Me gustaba, me gusta saber lo que llevo a mi boca, y si sé cómo se hace, lo disfruto más; quizá por eso llego temprano a todas partes, para echarme la probadita, para poder quedarme, para poder escapar.

1 comentario:

Dr. Gonzo dijo...

No pues no me habría imaginado algo que tenga que ver con la comida. Aunque tu timbre evocativo sigue sano y en forma, me pareció un tanto atípico en el tema. Quizás, sencillamente, no me llegó.