Estoy tan lastimado nena,
de andar de aquí para allá,
de no tener un hogar,
de ser una pinche piedra rodante.
No tengo expectativas, ni sueños en
los bolsillos.
El viejo tren ya se ha ido, pero no
hay razón para echarlo de menos.
Hoy el mundo en cualquier parte está
en llamas, no tenemos a donde ir.
La gente envidiaba mi vida, hoy son
todos como yo.
Saben ya de mi dolor, el glamour del espíritu
libre añora la chequera y la cuenta de ahorros.
Amor capitalista, desengaño
neoliberalista,
enfermedades venéreas, por creer que
las crisis no son contagiosas.
Somos apostadores, pero no sabemos
perder.
Aborrecemos la política, porque significa
responsabilidad compartida.
"¡Sálvese el que pueda!" pensamos
antes de entrar al centro comercial.
Somos todos vagabundos, somos todos
miserables.
Grandes distancias recorremos por la
red, pero nuestra vida siempre nos aguarda.
Yo camino ciego con mi guitarra por el
infierno,
el calor es insoportable pues todos están
ardiendo.
El odio es un viejo lenguaje, que
nunca deja de actualizarse.
El diablo ya no me pisa los talones,
esta tierra ya es suya.
Amémonos por esta noche, traigo el
whisky que me pediste.
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