domingo, 12 de junio de 2011

Cuentillo mamalón de las buenas noches…

Hubo una vez en un mundo de fantasía un grupo de cuatro locos dispuestos a conquistar el mundo. No eran fuertes ni tenían liderazgo nato, eran medio pendejos y sobradamente feos, no podían robarle un dulce a un niño, no tenían una bonita sonrisa ni nada de nada que los hiciera especiales ni que agradara a la muchachada…
Se juntaban todas las tardes en el parquecito sucio de su barrio a contemplar el mundo, piropeando morras, espantando palomas, hurgando en la basura para buscar latas de aluminio y quitarles la madre esa con la que abres la lata para ponerlo en sus cinturones de piel de víbora de imitación, perdiendo el valioso tiempo buscando una pizca de inspiración…
Buscaron y buscaron, recorrieron nuevos parques, probaron todas las modas, armaron equipos deportivos, pero todos los humillaban, intentaron inventar nuevos bailes, pero nada les pegaba, pobres hombres sin ilusiones queriendo conquistar el mundo…
En las noches antes de regresar a casa, buscaban una estrella fugaz que les cumpliera su deseo, pero por tanto humo de las fábricas y las luminarias de la ciudad, no veían ni madres, se la pelaban…
Durante sus vacaciones de verano fueron a acampar, resignados a no estudiar ni el mundo conquistar, pensaron en vagar, pero no contaban con que esa noche una pequeña estrella fugaz escuchó sus súplicas y los decidió ayudar…
-Que patéticos estos cuatro- pensó la lucecita del cielo- les daré un regalo que salgan de su letargo, yo estrellita de unos segundos, estrellita que muero pronto, con gusto me sacrifico para que se les quite lo tontos-
En sueños les dio visiones de cómo mejorar para que uno de estos días el mundo pudieran conquistar… Lupe soñó un caballo al cual debía montar; Ramiro soñaba que el acordeón iba a tocar; Choche soñaba que muchos pasteles tenía que tragar, dejar un bigote ralo y temblar como gelatina pretendiendo bailar; Javier soñaba en un gran escenario lleno de luces y muchos pinches colados…
El sol de un nuevo día los hizo despertar, ansiosos hablaron todos queriendo sus sueños contar… como no se ponían de acuerdo a la chingada se decidieron mandar, salieron corriendo a cumplir con sus sueños raros los cuales no podían explicar…
Lupe caminaba raro, parecía que del caballo nunca se pudo bajar, Ramiro aprendió cómo es que la música se debe crear sin ser un gran virtuoso que al mundo pudiera encantar, Choche creció y creció parecía chancho de tanto que engordó…
Javier él solo se quiso aventurar, pero como no tenía talento se tuvo que resignar, recurrió a sus viejos camaradas que afortunadamente no lo mandaron a la chingada y por arte de magia su mente se iluminó, era el último rayito de esperanza de aquella estrellita rancia que su deseo cumplió…
Se juntaron y dijeron -que haremos con estos talentos- pensaban y repensaban pero ni una idea aterrizaban hasta que el espíritu de la estrellita bajó para regañarlos -Qué no ven que por fin tienen talentos, hagan algo no sean mensos, un grupo pueden formar y Bronco se pueden llamar-
Y así fue como este grupo de mensos al fin encontraron el hilo negro, formaron a su grupo y muy felices fueron…
Llenaron el mundo de alegría con su música que no era porquería, atascaron bailes y estadios, grabaron discos y hasta novelas...
No conquistaron el mundo, pero sí los corazones de todos aquellos hombres que gustaban de los bailongos…
Y vivieron de regalías para siempre…
Colorín colorado este cuento se ha acabado!!!

8 comentarios:

Pherro dijo...

¡Ahhh, parece de la vida rial! Jaja.
Por fin me entero de los nombres de los cuatro grandes de América ¡gracias por iluminarme, maistro!
Lo hiciste rimar, como las canciones de esos virtuosos, que nunca podremos olvidar.

LUIS TORRES dijo...

Tiene mucha musica tu relato, este tambien me gusto.

Dr. Gonzo dijo...

Es divertido, no podía imaginarme quiénes eran esos cuatro. Lograste crearme un buen interés en tu cuento, el ritmo salió estupendo, como rolita de Bronco, el final entre que lo siento un poco flojo y lo siento adecuado. Flojo porque no hay un giro tal cual que remate el cuento, pero adecuado porque es como un tipo de canción que no lleva acento para terminar. Chiddddo.

Aline Suárez del Real dijo...

¡me encantó! efectivamente tiene como ritmito todo el cuento y eso es agradable. Muy bueno, quizá como cuento no sé, le falto un poco al climax, como que una parte mas intensa y emocionante. Pero fuera de eso, muy original. Y no sé si es tu opinión, pero la mia es que Bronco es muy bueno =D

la MaLquEridA dijo...

Sin duda cuatro que sin saber mucho de música juntan sus ¨talentos¨ para atraer a las masas, lográndolo por algún tiempo nomás. Me cansó un poco leerlo en rima.

sunflower dijo...

uuuuuy siguen vivos???
jaja yo estaba en el kinder la primera vez que los escuche

un beso mi destro

Siracusa dijo...

Jajajaja me gustó tu historia, muy relajado y divertido, ademas que tiene mucha musicalidad como ya lo han comentado, listo para la poesia!!!

saludos :D

Ros dijo...

Bronco rules, juju, son mi placer culposo. Su versión de Naila la amo. ♥

Aw, pues reí con esta historia, pero el final lo sentí apresurado, así como 'enchílame esta y bye'. Por otro lado me latió el estilo en que lo narraste.