viernes, 15 de julio de 2011

Es una zorra



Vecina de mi novia, la conocí siendo una niña; yo un muchacho un poco más grande, ocupado en vivir la aventura de la vida. Terminé esa relación y dejé de visitar su barrio, casi la olvidé.

Blanquita se hizo mujer, repentinamente llamó mi atención ¿será ella? –me pregunté-, noté con sorpresa que conservaba sus rasgos infantiles, grandes ojos café oscuro, piel clara, tersa, perfecta; su suave sonrisa y cabellos negros ondulados, armonizaban a la perfección con su caminar. Poseedora de un voluptuoso cuerpo, sabedora de su atracción, no dudó en utilizarla.

Su status económico cambió gradualmente de menos a más, obtenía ganancias pese a su modesto trabajo en una oficina de gobierno, eso no se podía ocultar; después de todo, Blanquita lo merecía, los hombres de dinero le rendían tributo.

Un día le vi moretones en un brazo y en su cara, un vendaje discreto en su mano izquierda aparentaba ser un guante; no parecía incomodarle, saludaba, sonreía, coqueteaba. Blanca había tenido un accidente de auto al regresar de la playa con uno de sus amores, él no sobrevivió. Muy pronto se supo que era su cuñado, el escándalo no pareció importarle –ni su hermana–. Un nuevo amor llegó, nuevos privilegios, un ascenso laboral, una compensación, un nuevo modelo de auto, ausencias frecuentes y así... otros amores.

El tiempo no parece afectarle, bella como es, hoy la cirugía estética mantiene su lozanía. “Es una zorra” escucho decir aquí y allá de esas mujeres que con coraje, saben que no pasa desapercibida, saben que sus maridos fingen ignorarla, que las desplazan en sus fantasías porque ellos quisieran ser el cuervo de la historia de vida de Blanquita, quisieran interactuar con la zorra aunque fuese solo una vez. ¿Y yo? Pues… yo no soy hombre de dinero.

12 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

No eres hombre de dinero así que despídete de Blanquita.


Saludos.

Ros dijo...

Jajaja, la Malque, jajaja.

Bueno, un gustazo tenerte otra vez por acá, pinche Blanquita tan desfachatada, me cayó bien pero mal, hahaha, el final está cura.
;)

Unknown dijo...

Bien dicen que en todo hay niveles, mi estimado Ferrrioni; ni modo, nos toca ver e imaginar a la Blanquita de nuestro barrio.
Muy agradable tu texto.

Aline Suárez del Real dijo...

Claaaaaro, la mejor personificación de la fábula, la clásica zorra. A mi me caen bien las que saben lo que tienen y lo aprovechan y no andan de mustias. Láaastima que no todos tienen tanto para ofrecerles.

NTQVCA dijo...

Me parece que hubo cierto problema al enlazar los tiempos. Por los demás me ha parecido buena tu historia.

Vergónides de Coock dijo...

Cualquiera puese ser invitado de los escribicionistas. Aplaudo esta iniciativa caritativa.

. dijo...

caritativa??? a jijo, ya somos dueños del internets y de blogger???? :s... exijo mis acciones!!!

zorra para la competencia, inalcanzable pa los menos agraciados, un trofeo delicioso para los primerisos y una simpleza para los que tienen marmaja jajaja...

Ros dijo...

Ay Ojt, tú y tu tacto de elefante, pero bueno, sí, cualquiera que desee escribir y entrarle al tema. No sólo la aplaudas, también deberías de invitar a alguien, digo yo.

ferrrioni dijo...

Ferrrioni, aprendiz de Escribicionista, agradece sus comentarios.
Encantado Ros, es un placer.

Alejandro Aguilar dijo...

Hey! esto esta chingon! Esa blanquita me cayo re-bien la condenada!

Esta bueno eso de no tener varo. ¿Pa que? pa que al rato te salgan con que siempre no?'


jajaja








Dark Angel

Siracusa dijo...

Ferrrioni, me agradó tu texto, hay de todo en la viña del señor aunque a algunos no sean "merecedores" de sus placeres, mal por el capitalismo jajaja :s aunque ¿porque la mujer siempre tiene que ser la zorra de la historia?

Fantasía psiquiátrica dijo...

Esas cortesanas de "gobierno del estado", tan brillantes hasta que nuevas estrellas las desbancan, son eternas. Me gustó, corto y "clasista", bien, Saludos.