miércoles, 6 de julio de 2011

Last tango in París






Nancy pasó semanas planeando esa noche, sabía que su relación con Daniel estaba en un punto de no retorno. Durante bastante tiempo solo pensaba en él, no podía concentrarse en otras cosas. Estaban pasando por un mal momento, pero ella estaba segura de que lo superarían tal como lo habían hecho en muchos otros. 
Esa noche, no dejaba de sonar en su cabeza la canción con la que hicieron por primera vez el amor, eso le traía gratos recuerdos.
Había preparado todo cuidadosamente, quería que todo fuera perfecto como aquélla primera vez que estuvieron juntos; preparó una cena romántica, había acomodado todas las cosas necesarias cerca de la mesa para no perder ningún momento cerca de él; preparó velas, un florero modesto con una flor aún más modesta pero muy bonita y un buen vino; y por su puesto, preparó el platillo favorito de Daniel.
Recordó la primera vez que discutieron y que rompieron, apenas llevaban unas cuantas semanas cuando eso pasó, pero estaban enamoradísimos y acabaron por volver a los pocos días. 
Se había vestido especialmente para él, estaba muy bella y radiante, quería gustarle como nunca antes, llevaba puesta la lencería más fina que disponía y que volvía loco a su amado. Se sentía a gusto con ella. Le daba mucha seguridad.
La primera vez que creyó que Daniel tenía una aventura, no dudó en echárselo en cara, él no había reaccionado muy bien, se enfadó con ella, pues tal infidelidad nunca existió. En esa ocasión, Nancy había planeado algo especial para reconciliarse, cuando Daniel llegó aquélla noche, ella lo estaba esperando con una bata y con el jacuzzi preparado con agua tibia y burbujas, ella le ofreció un masaje que él no pudo resistir y después de haber escuchado su canción, acabaron retozando en el jacuzzi. En ésta ocasión, planeó hacer lo mismo. 
Todo estaba dispuesto para pasar un buen momento juntos, para estar tan bien como en tiempos pasados. 
Recordó otro momento en el que habían pasado un mal rato, esa vez tuvieron un problema por el trabajo, ella estaba segura de que podía mantenerlo sin ningún problema, pues ganaba el dinero suficiente con sus rentas para vivir sin contratiempos. Le propuso a Daniel dejar su trabajo para así poder pasar todo el tiempo juntos, él se negó y como en ocasiones pasadas, también se molestó y se distanciaron un tiempo. Sin embargo ella  logró conquistarlo nuevamente. Esa vez fue algo un poco más sencillo, simplemente fueron al cine y después a cenar al restaurante donde tuvieron su primera cita, esa ocasión no hicieron el amor, pero tuvieron una plática maravillosa llena de todos los temas que les interesaban. Ahora pensaba platicarle todos los planes que tenía para el futuro, tal como aquella vez lo hizo.  
Nancy estaba segura de que todo saldría perfecto. 
Pasaron las horas y Daniel no llegó a la casa y ni siquiera se molestó en llamarla, ella no probó la cena ni el vino, mucho menos el baño de burbujas. Se quedó pensativa durante un tiempo y después la rabia y la frustración se apoderaron de su ser. Miró por unos segundos el sencillo florero que estaba sobre la mesa y  luego de lanzar un grito, lo tomó y lo estrelló contra el suelo, lo mismo hizo con las velas y los cubiertos arrojándolos por todas partes. Un tenedor se fue a estrellar en contra del estereo y este se prendió. Comenzó a sonar su canción y ella empezó a llorar. 
Escuchó toda la canción y después, con cuidado, tomó la flor que estaba en el suelo y se encaminó hacía el estereo, regresó la canción que le traía tantos recuerdos y la escuchó con más calma. Eso le dio los ánimos suficientes para tratar de resolver las cosas con Daniel. Ella no se iba a dar por vencida.  
  

9 comentarios:

Unknown dijo...

La perseverancia y la paciencia son fundamentales para alcanzar cualquier objetivo.
Pero ¿cómo saber si se está haciendo lo correcto?

Siracusa dijo...

Lo "último" es hasta que nos muéramos y hasta que eso no pase hay que intentarlo. Me gustó el texto pero creo que he leido cosas mejores surgidas de tu pluma o tu procesador de textos.:D

El Pinche Megah dijo...

Pinche Daniel malpedo...

Dr. Gonzo dijo...

Caray tipo, qué buena historia, en serio, qué buena. Yo la rola ni la conozco, pero sé que tendré una segunda lectura al checarla.

Anónimo dijo...

¿Pero y que paso? lo reconquisto?, me gustan los textos asi, en los que uno interpreta o imagina el final. Sin mucho que decir, me gusto, no es el mejor que te he leido pero me gusta porque como siempre, esta tan bien escrito y redactadicto (segun yo) que no distrae nada y uno se concentra en el texto.

úrsula

la MaLquEridA dijo...

Final impredecible, ¿primero fueron pobres y después ricos? pues aí está, el dinero los separó, creo.

Ros dijo...

Sí, buena historia y buen final, como siempre, tus finales tienen flow.
Me gustó mucho lo abierto que quedó.

Capitan TINTASANGRE dijo...

no me gusto el final, sera porque no tolero a la gente rogona, que mendiga amor.

pero no me gusto por esom porque la historia en realidad es bastante buena y desde el principio hasta el fin los personajes respetan su caracter y personalidad.

muy buena pieza y muy real.

. dijo...

este es mi gallo chingao!!!

confirmando la teooría del chicle