domingo, 4 de septiembre de 2011

Cuentos de la abuela




“Harry Potter se ha quedado huérfano y vive en casa de sus abominables tíos y del insoportable primo Dudley. Harry se siente muy triste y solo, hasta que un buen día recibe una carta que cambiará su vida para siempre. En ella le comunican que ha sido aceptado como alumno en el colegio interno Hogwarts de magia y hechicería. A partir de ese momento, la suerte de Harry da un vuelco espectacular…
-Bah, ¡qué porquería de libro!, –dijo la abuela– ¿A esto le llaman historias de magos y brujas? Yo les contaré una verdadera historia de magos y brujas que los hará temblar de miedo. Acérquense todos. –dijo, mientras nos veía con una sonrisa malévola y tenebrosa, aunque fingida, sólo para asustarnos.
Todos los primos estábamos junto al fuego del viejo horno de leña; yo soy el mayor, en aquel entonces tendría unos nueve años. Liz, mi hermana, era la más chica, tenía siete.
La Abuela se sentó en un pequeño banco, nos repartió pan y leche, y aclaró su garganta:
-Hace muchos, pero muchos años, mas allá de la laguna, había un bosque precioso, los arboles crecían sin ruido y los animales abundaban por doquier. La poca gente que vivía en el área se limitaba a cazar para comer y talar solo para calentarse, pero un día el gallo no cantó, como el gallo no cantó el sol no despertó y la noche se hizo eterna.
Nadie sabía qué sucedía, algunos rezaron, lloraron, maldijeron. Pero sólo la señora panadera supo qué acontecía, corrió y corrió por el campo en busca de Jovita, una anciana que hacía las veces de médico y bruja en aquella lejana tierra. Pero la encontró en un gran charco de sangre. –Ellos, llegaron ellos –dijo Jovita a la panadera.
-¿Quiénes? –preguntó.
-Los brujos y las brujas de los elementos. Están aquí y han combinado sus poderes para detener al sol. Sólo hay una forma de detenerlos, háganlos pelear entre sí y….
-¿Y? –pero ya nada pudo decir, había muerto.
-¿Alguien quiere galletas –preguntó la abuela mientras interrumpía brevemente el cuento.
-Entonces, –prosiguió– la panadera bajó al pueblo y armándose de valor fue a la plaza. Ahí estaba Malaquías, el Brujo del Norte, con su túnica roja y su gran barba blanca…
-Naaá, ese era Santa Claus –dijo Joaquín haciéndonos reír a todos.
-No interrumpas, –sentenció la abuela– también estaba Agnes, la Bruja del Sur, con su traje de piel de oso Polar. 
-En el Sur no hay osos polares, abuela –afirmó Lupita. 
-Se lo regaló el santa claus, digo, el brujo del norte –dijo la abuela rompiendo en carcajadas, ya no me interrumpan, estaba también el Brujo del Este y la bruja del Oeste.
-¿Cómo se llamaban, abuela?
-Como sea… ¡que no interrumpan!… No había nadie más en la plaza y la panadera vio cómo las brujas se quitaban el cabello a tirones, mientras bailaban en un círculo de fuego; los brujos hacían invocaciones en lenguas inentendibles.
Entonces la abuela vio su reloj, casi era medio día, se levantó y salimos con ella al jardín. Haciendo una voz muy tenebrosa, pausada, continuó:
–Repitan conmigo lo que escuchó la panadera: “perros de fuego, muerdan y devoren, apaguen el sol; caballos de aire, soplen y apaguen el sol; elefantes de tierra, soplen con todo su poder y apaguen el sol; toros de agua, detengan la luna para que reine mil años la oscuridad”
Nosotros alzamos las manos como lo hizo la abuela y repetimos su conjuro. En ese momento el aire arreció, el día se nubló, las aves comenzaron a regresar a sus nidos, los perros ladraron asustados, las gallinas, dando tumbos, fueron a dormir, todo enloqueció, estábamos aterrados.
El día se estaba volviendo noche, la luna estaba volviendo a salir mientras el sol se apagaba.
-¡Regresa el sol abuela, regrésalo! –llorábamos mientras la abuela admiraba el cielo.
 Finalmente se agachó para abrazarnos y consolarnos.
-No teman mis niños –dijo con su voz dulce y amorosa de siempre– es tan sólo un eclipse.

7 comentarios:

Ros dijo...

Jajaja, qué abuela más traviesa, gran final. Me agradó mucho esta historia..
Harto divertido la interrupción de los nietos y el cómo se la cura con Harry... Saludos.

Anónimo dijo...

Jajaja bien! Che abuela ogt. Pero lo del eclipse esta medio sacadon de la manga, segun yo.
Se te fueron unos dedadzos mi hermano (yeah! primera ves que me fijo en eso)


Saludos!






Dark Angel

Pinchesendic dijo...

El relato de la abuela es por demás creíble, y muy bien narrado, las interrupciones estuvieron cargadas con una dosis de realismo y diversión que hicieron muy digerible el cuento, y por supuesto que el final estuvo muy padre, y a diferencia de don Dark, pienso que el eclipse no estuvo sacado de la manga, proque la abuela pueod haber sabido a que hora iba a pasar y conjugarlo con todo para asustar a los chamacos!. Capitán ! muchísimas felicidades por esta entrega!

la MaLquEridA dijo...

Ah que abuelita tan jija de su rejija, mira que asustarlos con un eclipse, je.



Saludos Capitán.

Unknown dijo...

Sí, sin duda el eclipse es lo mejor que he podido presenciar en toda mi pherra vida.
Mucho me gustó su cuento, Capitán.

¡Ahhh, por cierto!, se le extraña en la participación colectiva.

. dijo...

jajaja me has arrancado muchas sonrisas!!!...

es que pinches escuincles catarros, a ver si asi aprenden a escuchar jajaja

Dr. Gonzo dijo...

Ingeniosa la trama y bien relatado. Igual hizo falta un poco de puntuación en las intervenciones de los niños. Me refiero a pausas más tangibles. Me latió mucho.