jueves, 1 de septiembre de 2011

Fuegos fatuos


Joaquina tenía la clara convicción que si ponía las tijeras abiertas en forma de cruz encima de la puerta de entrada de la casa,  su hijo estaría a salvo de cualquier bruja advenediza que quisiera chuparle la mollera al recién nacido.
Las luces que aparecían y desaparecían todas las noches desde su ventana no se acercarían para hacerle daño a Quique, el pequeñito al que acababa de alimentar con su savia convertida en leche materna.

Las noches alumbradas por la luna solitaria le daban un extraño misticismo al Cerro de las Cruces. En lo alto aparecían brujas en aquelarre bailando y haciendo ritos, buscando sangre joven que habrían de chupar de los recién nacidos. Eran fuegos fatuos coronando las noches de viernes.

Parada en la ventana, Joaquina cuidaba que no fuera a entrar alguna bruja por los resquicios de las ventanas o debajo de las puertas, así sería hasta que bautizaran al niño, el pecado mortal que lo marcaba sería borrado con el bautizmo y las brujas no podían acercarse nunca más a él.

Desmenuzaba las horas de la noche en penumbras, rodeada de sombras que bailaban al rededor del cuarto y que en extraño sortilegio hacían que se le erizaran los vellos y un escalofrío le recorriera la espina dorsal, y sin embargo esas sombras la hacían sentirse protegida. Al menos no estaba sola al amparo del desamparo.

Las malas horas llegan en el momento menos esperado, cuando los cantos de las cigarras arrullan los sueños cansados y las rosas dormidas sueñan con rocíos encantados cayendo sobre sus pétalos.
Con la vista perdida en la oscuridad, Joaquina nunca se dio cuenta que su hijo se movía inquieto, un leve gemido la hizo voltear, con pasos rápidos alcanzó al niño revisando que estuviera bien, acarició las rosadas mejillas, dibujo el contorno de su boca, rodeo delicadamente las orejitas. Pero nunca se dio cuenta de la gotita de sangre que había en la coronilla del bebé quien exhalando un largo suspiro dejó de soñar.

El grito infrahumano que salió de las entrañas de una madre coincidió con la desaparición de las luces en el cerro, Joaquina nunca lo sabría, había caído muerta al lado del hijo que inerte yacía a su lado.













15 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Malque,

los fuegos fatuos son hermosos; qué bien se escucha el nombre Joaquina. =)
en esta línea:
'el pequeñito al que acababa de alimentarlo con su savia...'
quedaría mejor:
'el pequeñito al que acababa de ALIMENTAR con su savia...'
digo, para que no suene redundante.

Disfruté mucho la poesía de: cuando los cantos de las cigarras arrullan los sueños cansados y las rosas dormidas sueñan con rocíos encantados... y en general el desarrollo de la historia, pero el final me parece confuso, siento que le faltó punch.

.ros.

Unknown dijo...

osea se enterro las tijeras en al cabeza...o como?

la MaLquEridA dijo...

RoS: Entendido y anotado RoS.

Resulta que mi coco es escribir un cuento corto y de pronto escribo, escribo y escribo y mi cuento corto se convirtió en largo.

Tengo que sacrificar algunas cosas para que mi cuento quede como debiera pero nunca queda je.

Gracias.

Toño: Noooooooo!!! jajaja el niño murió porque la bruja le chupó la mollera y la madre al darse cuenta cayó muerta de la impresión de ver a su hijito muerto, las luces desaparecieron porque el objetivo de las brujas se había cumplido, chupar la sangre joven de Quique.

Un beso.

Unknown dijo...

Pinches brujas, se cobran al dos por uno.
Aunque a pesar de ser una historia muy dramática, Tú andas derramando miel.

pinchesendic dijo...

Es un cuento para dormir muy tenebroso como para contarle a los chamacos en una fiesta. Pero la verdad sí me gustó mucho sólo casi a lo último est{a lapalabra inerme y es inerte.
Muchas felicidades!

la MaLquEridA dijo...

PHERRO: Ya ves como son las brujas de malandrinas.
¿En serio se nota? Mñeh no creo je.

Saludos PHERRITO.

Sr. Dn Pinche: Tiene usted razón, no es lo mismo inerme que inerte, muchas gracias, corregido.

Celebro que le haya gustado.

un abrazo para usted.

NTQVCA dijo...

Bueno, mi observación era la misma que te comentó Snedic. Esas historias las platicaban en la casa de mi abuelita y a mí si me daba miedo.

la MaLquEridA dijo...

NTQVCAXYZ: Es que estas historias se prestan para asustar a los niños que no se quieren ir a dormir.

Yo si he visto los fuegos fatuos pero no me atrevería a decir que son brujas.

Gusto en ¨verte¨je.

VioletaJacaranda dijo...

Tengo dos sílabas para ti:
Mie - Do

Me encantó, de veras. Pobre de mi que lo leí justo antes de irme a dormir... deséame suerte :(

Alejandro Aguilar dijo...

Se cuenta aca donde vivo que las brujas bajan en cordeles negros. Ya te imaginaras, todas las noches tapado hasta el ultimo cabello, con una lampara de mano y dormidos de dos en dos.

Saludos malque, este relato me gusto mucho.






Dark Angel

Siracusa dijo...

El tiempo que viví en Perote era muy común que las mujeres hicieran eso, mi mamá por si las dudas le llegó a poner las tijeras debajo de la cama a mi hermana la mas chica, por las noches se podían ver las bolas de fuego y se escuchaba como caían pesadamente en las azoteas. ¿Verdad o mentira? no lo se, pero si que me daba miedo salir por la noche.

la MaLquEridA dijo...

Sofía: Espero que la noche haya pasado sin problema y no se haya asustado.

Un saludo.

Dark: Eso del cordel no me lo sabía, lo que si sé es que también dormíamos acurrucados por si las moscas jeje.

Saludos.

la MaLquEridA dijo...

Siracusa: Hace poco que fui a Veracruz recordé los fuegos fatuos que más que darme miedo me intrigan, también vi lucecitas que al observar bien eran luciérnagas jeje.

Un placer.

. dijo...

aahhhhh jijo del maiz... gracias por revivir los miedos de la infancia jejeje

cuando iba al monte con mis primos y nos agarraba la noche ahhhh que miedo y como corriamos valiendonos gorro los murcielagos y perros q salian a corretearnos, el chiste era q no nos agarraran las brujas :s...

la MaLquEridA dijo...

DESTROYER: ¿Entonces si crees en las brujas?