sábado, 24 de septiembre de 2011

Se miraba en el espejo



Se miraba en el espejo con atención, observaba cómo su rostro se iba transformando poco a poco. Nunca le gustó cómo se veía con un ojo maquillado y el otro no; para saberse siempre bonita, pintaba los dos al mismo tiempo. Luego un poco de guinda en los labios y rosa en las mejillas. Lo hacía para él aún cuando ella sabía que él, no lo apreciaba. Trataba de hacerlo lo menos evidente posible, para evitar discusiones. Había pasado ya mucho tiempo desde la última vez que realmente se sintió feliz, completa, a su lado.

En su pecho una mezcla de miedo, amor, culpa y dolor se retorcía y crecía como si estuviera viva. Sabía que dependía de él, sabía que su palabra pesaba mucho. Decía todo el tiempo cosas que la lastimaban, él no se daba cuenta, ella pensaba que no lo hacía a propósito. Pero le dolían, le calaban en el fondo del alma y poco a poco en su corazón se iban ahondando las llagas. Se miraba en el espejo y se regañaba "¿Cómo pudiste abandonarte así? ¿Cómo fue que lo dejaste tomar control de tu vida? ¿Qué harás tú sin él?, no sirves para nada, él dejó de fumar por ti, nadie más te querrá como él". Por eso el miedo. Pero cuatro años había pasado a su lado, tal vez a propósito había creado esa dependencia. Él siempre había sido un caballero, ese hombre que la hacía sentir protegida pasara lo que pasara. Aún ahora era difícil pasar un momento con él sin reirse, sin sentirse a salvo. Había cambiado el romance por esa seguridad y, hasta ahora, poco le había importado. Se miraba en el espejo y recordaba, la tarde aquella comiendo elotes en la alameda del sur, el día que compraron las bicicletas y en ellas regresaban a casa, felices. Esa vez en la playa cuando por primera vez la vió usando vestido, esa mirada magnética en los ojos de él. Por eso el amor. No quería tomar esa desición. No quería tomar ninguna desición, pero sabía que tarde o temprano llegaría el momento en que todo explotaría. Lo amaba, y él la amaba a ella, mucho, y ella lo sabía bien. Se miraba en el espejo y se preguntaba "¿Cómo es que te atreves a pensar en esto, después de todo lo que él ha hecho por ti? ¿Cómo puedes dudar de nosotros si fuimos tan felices?". Por eso la culpa. Ponía sobre su rostro polvos y cremas, tratando de verse bien sin que se notara. Se sentía atrapada, se sentía invadida, se sentía sola. Su mente era un lío de ideas confusas, de sentimientos encontrados, de fotos rotas y regalos que se tiraron a la basura. Ella sabía que él sí era feliz. Ella sabía que él pensaba que todo estaba bien, que todo era perfecto. Y no sabía si era prudente decir algo que cambiara esa idea. Después de todo, no había tomado ninguna desición. Odiaba la simple idea de hacerle daño, le era imposible hacerlo a propósito. Pero se miraba en espejo e imaginaba, las palabras que diría el día que al fin hablara con él y le dijera "Ya no soy feliz contigo. Te amo, pero no sé si quiero seguir". Y por eso el dolor.

11 comentarios:

Unknown dijo...

Llega un momento en que es inevitable tomar la decisión y cada quien con su dolor.
Y en un caso así, urge ser disidente de la dependencia.

Dr. Gonzo dijo...

Esto está muy intenso. ¡Ayuda para el bajóoonnn!

Anónimo dijo...

Y se las repite cada día al espejo, sin darse cuenta al final se las dice a sí misma.... "ya no soy feliz contigo" y eso es realmente lo que alimenta al dolor.
Muy buen relato.

Pinchesendic dijo...

A veces así pasa y no sé sabe cuando podrá ser bueno el momento ni que reacciones podría haber por esa frase.
Siento que le vendrían bien unos puntos finales, para el comienzo de un nuevo parráfo para darle mayor descanso al ojo.

la MaLquEridA dijo...

Se necesita valor para poner punto final a una relación, muy pocas lo tienen y prefieren seguir engañándose a si mismas.



Saludos.

Siracusa dijo...

Sofia, me late la forma en que escribes, transmites esos sentimientos que la protagonista tiene y tal vez lo difícil de esa desición tan duro decir no más y poder retirarse sin dejar en el otro ese dolor. :D

TeReSa dijo...

Al final, ni duele tanto como lo imaginabas.

Ros dijo...

Este es de esos postitos llorosos que se harto disfrutan.
Triste, llegador... como dice Gonzo, ayuda para el bajón.

Sofía dijo...

Muchas gracias a todos por los comentarios. Supongo que lo escribí en un momento que no fue muy bueno para mi, y por eso se me hizo fácil transmitir esas emociones. Sé que está poco pulido, lo lamento por eso, pero como ya dije lo escribí en un no muy buen momento.

Teresa! qué gusto leerte por acá!

Capitan TINTASANGRE dijo...

autoengaño, autocomplacencía
tantos sentimientos malsanos cuando ponemos la felicidad en otro ser humano olvidando que amar es compartir.

buen trabajo sofia, es verdad que le falto mas pulidita pero eeste caso fue muy bueno dejarlo crecer asi

natural.

Leinad dijo...

Poderoso escrito convincente con algunos hilos sueltos, imperceptibles, los cuales en mi opinión le dan una sensación al escrito de dolor-resignación... pero claro esta es mi interpretación.

Saludos y un gusto tenerla en este proyecto.