miércoles, 23 de noviembre de 2011

Intruso



Como todas los días, a las nueve de la noche enciendes la luz de la ventana pequeña, esa es nuestra señal. Cruzo la calle solitaria con rapidez, con la agilidad de un gato trepo hacia tu balcón, me oculto entre las sombras y asomo por el hueco que dejan las cortinas.
Ahí estas tú, tan hermosa, tan sensual, tan divina como una diosa griega. Te observo con  deleite mientras lentamente te quitas esa bata rosada que compraste cuando fuimos a Guadalajara. ¿Lo recuerdas?, yo iba detrás de ti jugando a que no me vieras.  Nuestro juego favorito.
Abres el grifo, la ducha deja caer el agua sobre tu piel, entre espuma y música suave, te relajas. Yo desde afuera te observo. Te recorro con la mirada, te devoro en mi fantasía, sigo con la mirada el jabón que te acaricia llenándome de rabia por no ser yo quien te recorre toda.
Con mucho sigilo entraré a tu cuarto, hurgaré en tus cajones y veré que me has dejado hoy, un anillo, un lápiz, alguna prenda. No te preocupes, las cuidaré.
Entreabro la puerta del baño y te miro a través del espejo empañado. Sé que deseas que entre al agua contigo y te haga el amor, sé que desde esa mañana de enero en que me sonreíste en la tienda, no he salido de tu cabeza, que cuando me saludas dices Te amo con la mirada.  Pero aun no te has curado de tu antiguo novio, ese que se mató en un raro accidente mientras arreglaba su auto. Sé que es  por eso que bajas la mirada cuando nos topamos de frente, finges indiferencia y aceleras el paso para llegar a tu casa a besar mi retrato.
Y yo, como caballero, he aguantado las ganas de decirte cuanto te amo. Así que sigo esperando el momento en que estés lista para estar a mi lado. Ya no resisto el solo verte y resignarme a  regresar a mi casa con las manos vacías a mirar absorto las mil fotografías clandestinas que de tu sonrisa he colgado en mi cuarto.
Escucho que cierras la llave, me esconderé para no asustarte, aguardaré en el balcón y te veré preparar para dormir, te pondrás esa bata, tomarás agua de la garrafa y secaras tu cabello frente al espejo. Si hago ruido creerás que es el gato, no tengo nada que temer, desde aquí puedo observarte.
Finalmente destiendes la cama y te metes en ella apagando las luces, se hace el silencio, en la calle nadie pasa. En tu habitación, después de una eternidad, sólo un suave ronquido se escucha. Ahora es el momento de pasar. Me siento a tu lado, te tomo algunas fotos, te acaricio bajo la sábana con sumo cuidado, beso tu piel, te recorro lentamente mientras me acuesto a tu lado, no quiero que despiertes, aunque, pensándolo bien, la pastilla que te doy todos los días no te dejaría abrir los ojos.
Al salir el sol será el momento de vestirte, regalarte un beso e irme, pero no te preocupes mi amor, volveré esta noche en cuanto me enciendas la luz.

5 comentarios:

Aline Suárez del Real dijo...

Me encanto, toda una historia, toda una psicología de personaje, tensión, angustia y hasta romantisismo planteado en tan poco espacio, lo unico que no me gusto, como que a mi me brinco fue "no quiero que despiertes, aunque, pensándolo bien, la pastilla que te doy todos los días no te dejaría abrir los ojos". como que la explicación de la pastilla, para mi, le quito el ritmitio que traia, entro forzado. Totalmente acorde con el tema. Me encanta leerlo puesm!!!

Unknown dijo...

No, la verdad nada que ver con el estilo Capitán TintaSangre.
Lleno de frases sabidas y consabidas.
La idea de la sombra terca, en tus manos, daba para más.
Se nota que el tiempo te apremia.

Augustine X dijo...

Es un relato bien hecho, sabe llevar la tensión, un poco macabro esos mirones que anda por ahí y de los que tantas historias se cuentan, quizá por eso, porque se habla tanto de ellos debías darle un giro, y saltar de los lugares comunes. Sin embargo, el texto cumple y la verdad es que como dice Pherro a veces uno no puede hacer siempre "grandes" textos en una semana. A mí me gustó y agradezco lo bien cerrado que está el texto.

Dr. Gonzo dijo...

El texto es lo suficientemente compacto como para ser una lectura agradable y ya. En sí, es todo predecible y hay momentos tan lineales que te hacen recordar otros mil escritos similares. Tu narrativa sigue siendo excepcional pero ahora me quedaste a deber con la idea mi buen capitán Sparrow.

Ros dijo...

Algo gastada la fórmula, pero sus narraciones siempre me han parecido buenas. El final vaya que me sorprendió. No tanto como otros, pero me ha gustado este texto.



Capi, ya comente, ocupados andamos todos, esto es recíproco, sin su participación, entonces no vale.