sábado, 31 de diciembre de 2011

Nada que perder




Subí a tocar el cielo, postrado en la nube más alta, alzaba mi mano y extendía mis dedos y luego de bajada. (Es increíble, un bolsillo con un agujero y el otro para portar mis llaves, la bolsa trasera sostiene la cartera y en la izquierda, sólo un pañuelo). Ya en el piso, recogí las sobras de unas lágrimas y las coloqué en mis ojos, no sacudí mi ropa pues era idónea para mi cometido, alzaba mi mano para pedir limosna y los paseantes desviaban la mirada. (En verdad, sólo tengo eso, la cartera está llena de papeles de otras épocas, de otros desvaríos: teléfonos y tarjetas de presentación de un mundo que ya no es mío). Me levanté para caminar a la altura de los demás, está de sobra decir que con la noche, era más lastimoso mi andar. Recuerda: me caí de una nube divina y lo que me queda es sobarme las nalgas. (Estas llaves no abren ninguna puerta, la verdad es que las conservo porque me hago la ilusión de que tengo a dónde llegar). Apoyado en la orilla del puente, ideas inéditas comenzaron a acariciar mis pensamientos ¿qué tal si sólo me arrojo y así, luego de un golpe más, puedo llegar a mi nube otra vez? Nadie podría saberlo, sólo era una posibilidad. (El pañuelo para algo debía servir, pero beber mis lágrimas resultaba más dramático, más acorde para esa hora final). Finalmente no lo hice, si llego a mi nube otra vez y busco tocar el cielo ¿veré morir otra vez el día desde mi asiento terrenal? ¿Volveré a besar el eco de sus risas? (El agujero en el bolsillo fue hecho a propósito para que se escurrieran todos esos sueños tan cercanos a mi corazón, tan hirientes por sentir, por sentir tanto que volví a perder). Mejor veo desde mi rincón, cómo escalé el aire sonriendo, para llegar a mi nube y respirar el aire del paraíso lejano, de la felicidad que logré, toda para mí y sin gastar ni un centavo.

7 comentarios:

Ros dijo...

Este texto me contagió una tristeza muy cabrona, neta que me dolió desde el título hasta el punto final.
Me gusta como juegas con la idea del agujero en el bolsillo, con las nubes y los sueños, y como lo aterrizas a cosas o personas que se han perdido. Chido.

Julieta dijo...

Bastante interesante tu escrito, me pareció profundo y desde el principio me atrapo...un placer leerte =)

maldito desgraciado dijo...

Hay gente que le gusta el vértigo y otra que ni se atreve a subir por miedo a la caída. Y otros que les gusta andar por los suelos. A mi me laten este tipo de textos, en general la decadencia me agrada mucho D:
Siento tu texto más como un monólogo, y por esa razón yo le pondría guiones en lugar de peréntesis. O incluso lo dejaría con puros puntos.
Buen ejercicio.
Saludos.

Anónimo dijo...

doctor su personaje tiene una sensacion de perdida y una carga de tristeza bien fuerte. eso lo hace más humano y fuerte, dan ganas de apapachar a ese pobre hombre que cayó del paraiso. como siempre un gustote leerlo

Augustine X dijo...

Buen texto, me gusta la forma en la que narras algo que aunque cause una tristeza enorme es muy cotidiano, basta con mirar las aceras cuando caminamos. Un texto que lograr transmitir. Un abrazo

Paco Payán dijo...

Un breve pero excelente texto estimado. Me ha gustado mucho el ejercicio en diversos momentos como por ejemplo: "Me levanté para caminar a la altura de los demás". Un texto de arrojo y una soledad encomiable. Gusto leer estas ondas. Chévere.

Dr. Gonzo dijo...

Gracias por los comentarios, es bueno saber que algo se puede transmitir.