domingo, 12 de febrero de 2012

leasé escuchando a Javier Solis




¡¡¡Y ahora con ustedes, el más grande, el mejor payaso del mundo entero… El Graaaan Polito!!!

Se escuchó el redoble del tambor, las luces se apagaron, mientras, el anunciador con discreción se retiraba y los niños del barrio aplaudían a rabiar.

Un pequeño rechinido metálico se escuchó y una luz azulada iluminó a un pequeño hombrecillo pedaleando un diminuto triciclo. En tanto sonaba su trompeta, dio una vuelta a la pista, mientras la banda tocaba alegremente y la gente aplaudía al compás de la música.

De repente, el hombrecillo cayó de bruces y una gran carcajada se escuchó.  
El hombrecillo se levantó dando tumbos, tirándolo todo, tropezando a diestra y siniestra. Cosechando risas al por mayor.

Al encenderse la luz, se dejaban ver los alegres colores rojos, amarillos, azules y naranjas de las ropas anchas de grandes solapas, la peluca de color verde limón y un diminuto sombrero de copa, y su enorme roja nariz coronando una sonrisa perfectamente dibujada.

Hizo bromas con los niños entre chistes y canciones; cuando acabó su acto, dio las gracias y  se retiró en medio de una estruendosa ovación que marcaba también el final del espectáculo.

Partió rumbo al camerino, y frente al espejo comenzaba el ritual de morir lentamente regresando a lo cotidiano, de dejar atrás los aplausos, la alegría. Su sangre de payaso se apagaba entre recuerdos y sueños, bajo sus capas de pintura surgía un hombre de edad indefinida y ojos gastados. Cicatrices de una vida difícil.

-¿Cómo estas? –preguntó el anunciador.   -mal –respondió–, pero si me apuro aún alcanzo a llegar a tiempo al funeral de mi hijo.

No había duda que era el mejor payaso al menos en ese pequeño y viejo circo que viajaba itinerante por los barrios más pobres de la capital.

7 comentarios:

Pinchesendic dijo...

El show debe continuar. Buena historia pero cómo que la sentí muy apresurada, tal y como se debió sentir el payaso por terminar su función.

Ros dijo...

Ora sí que patinó con los acentos del título.
Apresurada, sí, como las ganas del Polito por llegar al funeral.
En esta ocasión no me encantó como otros de sus post, pero bueno, usté narra bien.
¡Saludos!

Anónimo dijo...

El decir que hay que escuchar la rola del buen Solis al leer el post ya me había hecho sentir un nudo en el estómago. Debo confesar que me quede con esa sensación de melancolía y ganas de llorar. Objetivo logrado: un payaso, un trsite payaso....

Paco Payán dijo...

Me gustó pero igual lo sentí rapidón o ¿será la propia intención del texto?. Puede que con una pequeña pausa para denotar lo que hay al interior del personaje hubiese ayudado al desarrollo sin ponerle fin apresuradamente.

Saludos

Fantasía psiquiátrica dijo...

Primero el espectáculo, es envidiable y a la vez triste la posibilidad de escapar de las vicisitudes de la vida, de la dura estampida de la muerte como marca del peor de los dolores, el dolor de perder un hijo. Lo peor de ello es la realidad de esta historia directa y cruda que alcanza tu descripción, el mismo show evidenciaba un dolor debajo del maquillaje.
Saludos.
Comprendo la premura, así son los azares.

Dr. Gonzo dijo...

Puse la rola y todo. Siento decir que no me llegó la historia, la noté muy de espectador y poco involucrado además. Se adivinaba por las descripciones que algo dramático iba a ser el remate y tal cual. Toda una historia del corazón que funcionará en ciertos niveles pero a mí, hoy me quedó a deber.

Malinche dijo...

Creo que, como le comentaron, el tiempo del disurso nos sacó de onda, que podría también encajar por la prisa del personaje, como también ya le comentaron. Me sigue sorprendiendo su capacidad de narrar, de llevar de la mano a ese universo diegético donde el signo y el símbolo prevalecen cada cual haciendo su función!!! Esperaba otra cosa de final... pero shale, aunque no me sorprendió como esperé, me conmovió.. así que, finalmente, usted siempre logra que lo ame más con tan buena narrativa!!