jueves, 16 de febrero de 2012

Yo no tengo novios


Sar
Como agua de río bajas todas las noches de aquel cerro, cuando las luciérnagas de la luna se duermen y las risas de los gatos perdidos se escuchan en los troncos de los árboles del campo.
Es tu cuerpo el caudal tan exactamente perfecto, que se derrama en mí por largas horas, cuando el cielo se tiñe de rojo y tus manos duermen tocando mi espalda.
Tenías que llegar, con el canto en tu falda, despertando a mariposas e irrumpiendo las conversaciones de las estrellas, siempre con la poesía abrazada a tu cintura, como si en tus glúteos descansara la inspiración.
Yo, sentado, siempre sentado pero no inquieto, sobre aquel pasto que cuando no estás tú, es oscuro, con olor a guerra, donde los muertos se han ido cargando las partes de su cuerpo. Aquí no habita nadie. Te lo dije muchas veces, soy tan sólo yo, solo.
También tengo casa y a veces sueño que la visitas. Es muy pequeña y apenas si cabe un jarro de café y un llanto sofocado. Pero siempre en mis manos, por alguna extraña razón, tengo miel y centeno. Olvidamos todo, menos comer y amar. Por eso nos encontramos, en el silencio y en el frío: tú corrías en el agua, paseando a tu cabellera negra adornada de peces azules, estabas aburrida y tenías hambre de fiesta; yo, simple y tristemente, estaba desocupado.
No habito en nadie, antes de ti, nada era yo: ni frío, ni tiempo ni luz, era nada. En cambio tú… aún no sé si eres tierra, luna, agua… quizás seas todo y te apellidas comunión. Porque sólo una vez me dijiste tu nombre como murmullo, como con miedo. Y desde ese día no tengo pesadillas, porque siempre sueño en ti, mi querida Sar.
Sé también de tus pies sangrados, cansados. No puedo buscarte, no tengo piernas, lo sabes, fue esa maldita lucha la que me dejó fatigado, porque te busqué tantas veces, quizás cien años, y la gangrena del agotamiento llegó. Ahora soy esto, lo que miras con amor y esperanza; soy un consuelo a tu terrible hastío.
Por eso sé que algún día te irás de mi lado. Emprenderás una búsqueda cuando añores los días encendidos y el misterio del bosque. Sabrás que no estaré presente, atado de tu mano, y el tarareo de un estribillo de cuento de hadas se golpeará contra el frío viento, y justo en ese momento, comprenderás que no podemos ser amantes perpetuos, porque no tienes fuerte tu espalada para cargar con mis pecados; simplemente, eres aliento.
Por eso es que yo, aquí, disfruto verte llegar apagando tormentas cuando levantas los brazos, y cuando tus dientes avizoran apenas mi pelo, salen de su cueva a expandirse como cortina de lluvia en el pastizal.
Jamás nos volveremos a encontrar, pertenecemos a otro tiempo y estamos inmersos en distintas historias; yo soy ya viejo; tú, tan tiempo.
Aun así, mientras llega el final, yo disfruto de tu melena y tus uñas de gata, de ese descanso en tu piel y del sabor ciruela en tu garganta.
Después perderé los brazos, el hígado y la nariz, pero ya no estaré esperándote, porque incrustado en tus suspiros, me llevarás como aliento de mar.



Yo no tengo novios
Yo no tengo novios porque me los trago, me los como apresuradamente sin disfrutarlos. Aderezo sus muslos con salsa inglesa, sus dedos con mostaza, su ingle con mis besos, su pene con lágrimas. Sus nalgas, que no son importantes, las rasuro con mi lengua, les coloco vinagreta, las adorno con tomate. Me alimento de sus sesos, transmutación de pensamiento, agito sus ojos con dos yemas de huevo, los coloco en mi garganta, ¡que miren mi desconsuelo! Sus uñas, que parecen láminas de menta, las coloco en un trasto repleto de zarzamora, y los domingos que me infecta la miseria, las trago cuando observo películas romántico musical.
Los jardines se burlan de mí al ver pasar mi única sombra, señalando con sus ramas que soy sola, que estoy sola. ¡Ingratos!, no saben todas las veces que vomité en sus preciosas jardineras todos esos hombres cultos, pendejos, sensibles, comibles, tangibles, estorbosos, abrumantes. Les dejé su alma impregnada en la tierra, con sabor a nada, ni de olvido, ni de si me recuerdas. ¿Ahora saben por qué estoy gorda? Yo me trago a los hombres, por eso nunca tengo flores en mis manos.

Instante

Te necesito para compartirte con la tierra, bañarte en los ríos de la ciudad y untarte de arena para que duermas debajo de las palmas. Necesito entregarte a tu madre antes de que las tardes hagan el primer parpadeo, antes de que se avecinen los murciélagos, mucho antes de que te des cuenta que he robado tu reloj. Porque si te quedas, maldito, si te quedas aquí, en mi ombligo, pensaré que eres mío como el grito del tren o las figuras en las nubes. Terminaré aniquilándote como a una pulga, asfixiándote con el humo de mi cigarro, y ni siquiera tendrás tiempo para odiarme. Necesito que te vayas a algún lado, que no te enteres que ya han pasado más de 50 años, que no mires, ni por indiscreción, a ésta, mi piel de hoja vieja de árbol.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Chingonsísimos, bravo.

Ros dijo...

Secundo al de arriba.
Malinche, es bien rico leer algo así, admiro lo vasto de tu lenguaje y el cómo impregnas de sentir cada frase, todo bien puesto, atinado... ya no sé qué prefiero más de ti, si los cuentos o los poemas.
Después de leerte, mi sábado se llenó de poesía. Gracias.

Capitan TINTASANGRE dijo...

muy buenas sus historias. después de tenerla con nosotros comentando y haciendo critica. es muy bueno también leerla.

pues eso apuntala sus comentarios.

ojala y no sea la ultima vez que se apunte como invitada.

Piper dijo...

Me quedo con yo no tengo novios e instantes que transmiten con buena hilación de las ideas. Me latieron bastante chingaos.

Saludos

Augustine X dijo...

Es evidente, como todos lo han señalado, que tienes una vena para la escritura, llevas al lector, dibujas muy bien las imágenes y creas tus paisajes, escenográfias adecuadas para tus intenciones. Sin embargo, aunque las imágenes están muy dibujadas, algunas me parecen excesivas e incluso un poquillo espectaculares, pero como sabrás, y eso es lo interesante de este blog, este último señalamiento es una cuestión de gusto. Creo, porque se nota en tú escritura que con estas imágenes te mueves muy cómoda, que deberías arriesgar a dibujar con pinceles más finos, a ver que sale, que resulta e igual te sorprende, seguro saldrá algo muy interesante. Eso sí, hay frases preciosas que te salen con una naturalidad brillante, por eso no me ha gustado que cargues con tantas frases porque basta con una que marque, a un montón que te sature. El final de "Yo no tengo novios", fue lo que más me gusto de ese texto en específico, el recurso de la comida me pareció rebuscado pero ese final fue clavado jaja terminaste con sencillez y humor. Muy bien, tienes muchas herramientas interesantes que mostrar y explorar. Saludos.

pinchesendic dijo...

A mí "Yo no tengo novios" me fascinó, por completo, creo está muy bien elaborado, con palabras excatas, que provocan en el lector una morbosidad natural de querer más con un pequeño buqué de asquito. felicidades Malinche