Hemos
convertido la debilidad en un hito capaz desnudar nuestra humanidad más infame
y ponernos en duelo con nuestro ser y su presencia, con los días que vuelven la
mirada, con el tiempo y sus desvaríos. Nunca creí presenciar tan infame espectáculo…
Caín y Abel jamás se desprendieron del mundo.
3 comentarios:
Bravo, bravo.
Me gusta este poemínimo, certero, como una buena cachetada. ¡Papel!
;)
Ay, el eterno retorno. XD
Me gusta tener que hacer un esfuerzo para comprender un escrito. Lo sentí hasta como epígrafe para mi escrito, aunque no comprendo a Abel en el mismo. Sencillo y cargado de significado.
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