Para ti...
Fueron años en
secreto, miradas insistentes, mi obsesión por tus labios, por tus ojos
penetrantes…tristes. Éramos perfectas desconocidas entre ayeres sin rumbo y palabras a medias, entre
calles vacías y la dulce indiferencia que
opacaba tus lágrimas cada que la realidad tiraba piedras a nuestro destino.
Nunca cruzamos
palabras, sólo miradas fugaces y perdidas, a veces tímidas, otras lascivas. No
sabía casi nada de ti, pero las voces asfixiadas lo decían todo cuando por “casualidad”
te sentabas a mi lado y ligeros roces encontraban nuestras manos, tu pierna, mi
rodilla, mi instinto asesino, tu cruel disimulo.
Sólo mis notas
vacías fueron testigo de tu existencia. Sin saberlo habíamos sido unidas para
caminar por el mismo rumbo, pero el miedo y los desvaríos adolescentes nos hicieron salir corriendo sin volver la
mirada, bajar los párpados y seguir a ciegas.
Las calles no
dejaron de añorar tu nombre, preguntar por tu paradero, reclamar tu presencia.
Pasaron cuatro años y un día cualquiera te vi, cruzando la calle con pasos
disimulados, llevando a rastras el tiempo tal vez perdido, con tus labios perfectos, tu semblante tímido
pero tus ojos aún tristes. No pude
disimular mi sorpresa y me quedé helada, recordándote con la mirada y con el
más vivo deseo de estar contigo…tú hiciste lo mismo y saliste corriendo.
Sabes, creo que
es obra del destino que de la manera más absurda alguien nos presentara y nos
hiciera estrechar nuestras manos cómplices de antaño. Sólo el tiempo y las
mismas miradas insistentes me harán caer
en tu piel o intentar callar tu nombre entre mis versos y desvelos.
2 comentarios:
Amo tu prosa, esto se lee desde las entrañas.
Llegador, es un disparo. Ha sido un placer leerte.
Saludos, Ju, =)
Es la constante de la melancolía y el uso de palabras con peso, de una construcción muy precisa y una rítmica que te hace respirar en el mismo tono de tus palabras lo que hace que sea un gusto enorme (y triste) leer este escrito.
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