viernes, 13 de julio de 2012

Aún no hay fin



El último día, el último momento, el último número. Para alguien con el tipo de obsesión que no puede alcanzar una respuesta a menos que su pregunta concreta sea respondida, lo último, sería lo que menos importaría porque su deducción terminaría siendo eso: lo último.

Y lo último fuiste tú, así como fuiste el inicio, el enmedio, eres el final. Ser el final es definitivo, es lo que sella, es lo que clausura, es lo que determina. Por eso, podré ser capaz de engañarme y dejar volar a mi corcel (gracias hermano) y que se convierta en un pegaso, en una quimera, en una verdadera bestia, pero jamás podré poner un final porque el final eres tú y sé perfectamente que el final aún no ha llegado. Tú me lo acabas de mostrar. El final nunca es definitivo, ni definitorio, el final lo puedes creer o imaginar, pero la verdad es que nunca llegas a ello. Tú me pondrás el final, tú pondrás el momento definitivo pero aún así, me has permitido continuar. El final que creí no era el final, sólo era yo, dándome un espacio, dándome orgullo y disfrute ante los balazos del momento último que intenté disfrutar. Ahora me das vida ... Y este es el fin.

3 comentarios:

Ros dijo...

Es más fácil dar un like en facebook, pero textos como estos hacen que mi pereza se sacuda un poco, gracias.

ESCRIBICIONISTAS dijo...

Muy interesante, me llevó poco a poquito hasta un buen final...me gustó =)

ESCRIBICIONISTAS dijo...

Por cierto...soy Julieta :)