Hay muchas cosas feas en las
relaciones, una de las peores es que se aburran de ti. Me ha sucedido y me ha
pasado. Y al final, solo queda la frialdad y la distancia, como si nada hubiera
ocurrido. Solo buscas huir y no volver a ver a la persona, así sin más. Dejarlo
atrás todo, sin castigo o consecuencias. Pero tú rompiste a alguien, lo
quebraste. Lo llevas en la conciencia... te romperán a ti también, al tiempo.
Es una deuda, sin fecha inmediata de cobro esperando tocar tu puerta. Llega
cuando tiene que llegar, no la puedes presionar... no sabes cuándo vendrá. La
espada de Damocles balanceándose acompasadamente sobre tu cabeza pero apuntando
tu pecho. Es solo culpa, paranoia... no se puede evitar. Lo que rompiste, hay
que pagarlo. El cariño también es de cristal, no hay manera de reconstruirlo y
que quede igual. Siempre serán visibles las cuarteaduras y la única manera de
liquidarlo... es que te rompan a ti también. El perdón es un mal parche y un
curita de cuarta por mucho que lo repitas.
Hay mucho mar para ahogarse, pero
sé nadar. Y la otra persona, también se pierde en el horizonte. Lo mejor de
este acto de nuestra vida teatro, es que ya concluyo. Que venga la siguiente
escena, aquella donde ya no estoy roto, solo un poco magullado.
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