Estoy como se supone (me han dicho) que no debería
estar.
Un cuarto de azotea, sin muebles,
colillas de cigarro atiborrando el bote de basura; me estoy fumando uno
más. Me acerco a los 40 años. No tengo
trabajo estable. Familia e hijos ni
pensarlo. No hago ejercicio, me alimento
de lo que puedo y cuando puedo. He dicho una y otra vez que es mi vida y yo la
quiero así. La he defendido, les he dicho que están todos dormidos, borregos
víctimas del sistema, que soy libre y hago y voy y vengo a donde yo quiera,
esclavos ellos, enfermos ellos, deprimidos ellos.
Pero la verdad, ya me cansé. No
puedo decírselo a nadie, no puedo retractarme de 40 años de rebeldía y rock and
roll. ¿Cómo admitir que ahora me da envidia la familia típica de comercial de
cereal? ¿Cómo admitir que anhelo un refri y despensa llenos? ¿Cómo admitir que
estaría dispuesto al traje y corbata? ¿Cómo tragarme mis palabras sin
atragantarme?
He llorado mucho. Nadie me ha
visto, pero he llorado hasta que ya no salen más lágrimas. Ésta sensación de
soledad es muy real. El nudo en la garganta, la sensación de estar al filo de
un barranco y no poder dar el paso hacia atrás. Tristeza profunda. Sé que es
hora de hacer algo.
Salí a la calle buscando, no
sabía bien qué. Encontré trabajo, aún hay esperanza para un abogado
desempleado. Mi compa que me prestó dos trajes. Mi primo que firmó cartas de
recomendación. Una sobrina que pensó que quizá un trabajo me vendría bien y me
avisó de una vacante. Esta ex novia que nunca ha dejado de comunicarse conmigo
y contestó las llamadas cuando pidieron referencias. Tengo trabajo, casi lleno
mi despensa. Devolví los trajes prestados cuando conseguí comprarme unos a 6
meses sin intereses. Seguí fumando. Me alimente mejor porque el menú de la
fonda es mejor que las papas y el refresco. Me compré una tele. Me compré
varios libros que tenía pendientes. Comencé a salir con los compañeros
religiosamente todos los viernes sociales. Me embriage aún más. Dejé el cuarto
de azotea, ahora estoy en un departamento. Salí con una chavita de la chamba.
Pasaron cinco años.
Ya renuncié. Regresé al cuarto de
azotea, sin muebles. Sigo fumando, pero ya tiro la basura. Cocino para poder
comer mejor, ésta ex novia me enseñó a preparar platillos económicos y
saludables. A mis 45 años no tengo trabajo, mi refri y despensa se vaciaron de
nuevo. Tengo una planta. Hay un gato que
de repente aparece y le doy de comer, a cambio se queda un rato conmigo y
permite que lo acaricie.
Estoy chido, tengo una sonrisa
todo el tiempo, me siento vivo. Ya quería estar aquí, pero no lo sabía, hace 5
años no lo sabía. No sabía que aquello de “atrás ni para echar vuelo” era una
frase poco pensada que no aplicaba para mi. Di un paso, y dicen que retrocedí, yo
digo que ir hacia atrás ha sido lo mejor que pude hacer. Salí y cambié para
darme cuenta qué ya era lo que quería ser, pero lo había olvidado. De vez en
vez vienen mis amigos a pasar un rato conmigo, mis ex compañeros de trabajo. Ya
no les digo borregos ni les echo en cara su estilo de vida. Después de todo
ellos pagan por la mostaza que me da para vivir feliz y en paz. Cómo se ganen
la vida, ya es cosa que no me importa.
Hay que irse, alejarse, sólo para
darse cuenta, que donde estabas, estabas bien.
8 comentarios:
Úrsula, gracias; este texto, en este momento de mi vida, ha caído en "blandito".
Me gusta tu forma de abordar el tema, un círculo que he disfrutado sobremanera.
Un final rico y que a la vez me hizo expresar un "qué miedo"... regresar a donde estabas porque no sabías que allá eras feliz, ay.
Respecto a tu estilo, caray, me doy cuenta cuánto extrañaba leerte.
Ros
Hola (que bueno es leerte de nuevo) Me gustó mucho tu texto, especialmente el segundo párrafo, que me puso a pensar en esas cosas que a veces anhelamos y creemos "querer" cuando en realidad estas en tu lugar. Ese final chido!
Saludos :D
Siracusa desde la compu de Dark!!!
Brutal, fluido y tiene todo un mundo en pocas palabras. Me encantó Úrsula, un gustazo volverte a leer.
El círculo, esa forma con que abordaste el tema de la semana, me gustó mucho.
Y la historia es buena, es un personaje que tiene que ser fiel a si mismo para ser feliz. Creo que es una verdad universal.
Es lo bueno (o malo) de escribir, que se puede resumir una vida o unos años, en unos párrafos.
Y la vuelta a la vuelta, en está existencia, para muchos es inevitable.
¡Chingon! Me identifico. Eso de hacerse y realizare uno mismo es difícil, pero no tanto si solo lo que se busca es simple y llanamente ser feliz ¡Saludos!
Aplausos, guamazo directo a la quijada. Me gusta mucho como desarrollas infinidad de situaciones a través del tiempo con esa comezón perpetua de lo que queremos alcanzar y lo que tenemos a la mano.
Gustazo leerte
Ajales, este texto esta chido, como un buen pretexto para ver atrás y ver si lo que hacemos hoy en día es lo que queríamos hacer hace 3 años. Es como un cubetazo de agua fría.
Dark
Publicar un comentario