martes, 3 de junio de 2014

VOLVER, VOLVER



Escribicionistas ha regresado y como primer tema: Volver, volver.

Volver, volver…  ¿Fui la única que lo leyó con soundtrack ranchero?

He de confesar que cuando leí los temas de Escribicionistas Parte II me espanté; estuve a punto de mandarle a Gonzo un mail explicándole que debido a circunstancias ajenas a mi voluntad, motivos personales y otra serie de excusas protocolarias, no podría participar en el colectivo, que le agradecía infinitamente la invitación y  con gusto me uniría la próxima ocasión, saludos cordiales y mucha palabrería inútil de aquellas.

Para una persona como yo, que no ha tecleado nada desde hace años, este proyecto representa un reto.  Poner palabras en papel sobre temas específicos, con cierto grado de coherencia y algún toque personal, no es cosa fácil. Siento como si tuviera una oxidación de las manos, como si fuera un músico, un  guitarrista e intentara tocar alguna melodía  después de muchos años sin practicar;  mi meñique ya no tendría fuerzas para oprimir la sexta cuerda. Siento  exactamente lo mismo, pero con todos los dedos.

No formé parte del grupo original  y jamás he tenido que desarrollar temas concretos, lo cual me preocupa bastante. De los temas elegidos, algunos se prestan a varios enfoques por lo tanto no se ven tan complicados de abordar, por ejemplo: El verano, Lo cotidiano, Azúcar y sal...  La Novela Negra es la que más me preocupa, esa y el tema del  cacahuate.

Siempre he creído que hay gente que puede escribir relatos interesantes hasta de la pared más aburrida, de una casa sin chiste de cualquier colonia insípida en un país muy gris. En realidad, uno puede escribir de absolutamente cualquier cosa. Solo es cosa de inspiración y dedicación.

Volver, volver… volver a teclear. Cada persona tiene su particular hobby. Hay bailarines, músicos, deportistas, diseñadores, pintores, ilustradores, dibujantes; otros hacen esculturas, unos costuran otros cocinan, un par de amigos actúan… A los que estamos aquí nos gustan las letras.

Vivimos una vida tan efímera, tan complicada y  sin sentido,  que hay que disfrutarla haciendo las cosas que nos gustan mientras podamos. No importa si no lo hacemos bien, lo importante es disfrutar lo que hacemos. La práctica nos hará ser mejores.

Volver a teclear se siente refrescante. Como una sacudida a tu cerebro. Un reacomodo de neuronas, desempolve de procesos dormidos. Bombear nuevamente el flujo de ideas al papel. Escribir 6 párrafos, borrar 5 y rehacer uno, sonará aburrido pero para mí es entretenido y es relajante.

Este caso me recuerda mucho la época en que papá regresó a jugar futbol. Debido a una operación del tendón de Aquiles, mi papá estuvo años sin querer jugar, hasta que por fin un día se animó a regresar y se unió a los “Carnales” su equipo de toda la vida, solo que esta vez, en la liga de adultos cuarentones. 

Después de su primer partido, el hombre se veía rejuvenecido y el día que metió su “primer gol” estaba tan contento que escuchamos la historia diez veces. El robo del “Potro”, el  glorioso pase de Casanova y el remate que terminó en gol. No recuerdo las palabras textuales que usó para decirnos que estaba tan contento como cuando  nacieron sus hijas. Y déjenme decirles algo, no se siente bonito que comparen tu llegada al mundo con un gol.

Ahora que vuelvo a teclear, no se siente como tener un hijo, no me causa felicidad extrema, sin embargo las manos pican, los dedos se mueve atropelladamente y los párrafos van saliendo sin orden, ni mucha lógica; borras aquí, reacomodas allá, parafraseas tus propias ideas y vuelvas a empezar. El eterno problema de, ¿Cómo terminar el escrito? y ¿con qué empezarlo? es una constante. Releer y releer. Buscar inspiración en Pinterest y redescubrir una actividad que olvidé hace mucho tiempo, pero que me gustaba bastante.

Tal vez sea un momento de sentarme y pensar qué otras cosas he dejado de hacer,  cosas  que he pasado por alto y a las que debiera volver.  Por ejemplo mi oculto y ridículamente cursi gusto por los Scrapbooks y las Tarjetas DIY. Y siempre tener presente las cosas a las que ya no hemos de regresar. Como los cigarros y los ex novios. Hay que conservar en la vida solo las cosas que nos hacen sentir bien, y que a veces dejamos de lado por culpa de un millón de razones, siendo la más importante el hecho de  que te haces viejo y tienes que responsabilizarte de tu vida.

Un repostero terminaría con un delicioso pastel, un deportista con sus kilómetros recorridos, un bailarín con su presentación… para quienes les gustan las letras es más complicado. Simplemente empiezas con una hoja en blanco y te sientes satisfecho de terminar algunos párrafos. Hay quienes tienen mucho que decir, hay quienes no tenemos nada que decir, pero por lo menos, en este hobby solitario, logras sacar siquiera un poquito de tu alma y con eso me basta. 

10 comentarios:

Siracusa dijo...

Hola Marita: me gusta la forma en que abordas el tema de la semana, concuerdo contigo, a veces, se torna complicado. Lo comparo con aquella ocasión en la que te preguntan algo y respondes sin sentido para después darte de topes y tener mil respuestas mejores sin embargo pero el tiempo ya paso... Aquello de "cómo terminar e iniciar un escrito" uf me pasa muy seguido.

Saludos

Hansel Toscano Ruiseñor dijo...

El dilema de la hoja en blanco mas el conflicto de volver a escribir. Después de leerte puedo decirte ¡Prueba superada! Y lo mejor, se te siente contenta y muchas veces con esa buena actitud, el 50% del texto ya es garantía de mínimo ser interesante. ¡Saludos!

Alejandro Aguilar dijo...

Creo que todos pasamos por esos "bloqueos de escritor" Aunque lo de el final no me cuesta mucho ya que suelo matar a mis personajes. Gusto leerte.



Dark

ESCRIBICIONISTAS dijo...

Me identifiqué con el texto: a mí también me costó trabajo decir sí y desempolvar los dedos.

Me gusta mucho la parte donde te refieres al proceso de la escritura como una sacudida al cerebro, un reacomodo de neuronas.

Un gusto leerte, tu estilo es ligero, fresco, me quedé con ganas de más.

Ros

Aline Suárez del Real dijo...

Uy! totalmente de acuerdo, yo también escuché la canción y también me siento nerviosa, no he escrito "libremente". ¡Bienvenida! y ¿sabes qué? me encantó la historia de tu papá.

Dr. Gonzo dijo...

Tu texto encarnó la sensación de, me parece, todos los aquí escribientes y con eso me quedo. Me gustó mucho, tus palabras pueden enganchar y no hay artificios para lograrlo.

Unknown dijo...

A fin de cuentas nada más es eso, soltarse y escribir una cuartilla o varias hojas, no importa, lo que vale es darse cuenta de que uno puede expresarse y acomodar las palabras de manera que causen una emoción en el lector.

Paco Payán dijo...


A esto llamo yo un texto sin pretensiones que no rebusca y expresa al natural el regreso de tus letras. Bien por ello
saludos

Marita dijo...

Gracias a todos por sus comentarios.

Después de leerlos a todos, puedo decir que me encantó la forma en que cada uno manejó el tema de la semana. Los estilos tan diferentes que cada quién tiene y el enfoque que le fueron dando, sueños, regreso a casa, las cosas que giran en círculos... todos muy buenos.

Nunca he tomado un curso de redacción, o estado siquiera en un taller, creo que debería tomarme aunque sea uno de puntos y comas. No se escribir con los recursos que ustedes utilizan, pero espero no dejarles mal.

Saludos.

Lindo Rostro dijo...

Hola Mariitars, que gusto volver a leerte. Desenpólvese con el mismo estilo de siempre, así tan... adictivo.