Isidro, el matarife del rastro
municipal, era el marica más temido de la ciudad. Le gustaba tener a sus putos
bien sometidos y no toleraba el que siquiera salieran a bailar o a tomar una
copa. Durante mucho tiempo alrededor de el, hubo el férreo rumor de haberse cobrado a sangre fría una humillante infidelidad. Justo ahí en el matadero (al igual que a los puercos), engancho de cabeza a su ex-pareja y le rajo la garganta de un
solo tajo… luego, se lo papeo sin más. Los demás jotos en el ambiente le temían
mucho. Si bien no se ponía violento cuando bebía (sus casi 2 metros de altura
le daban mucho aguante), al echarle el ojo a un muchacho, ya no le dejaba
en paz hasta que se decidiera a pasar la noche con él. Su físico imponía mucho y no
a pocos cuando se los cogía, los llegaba a sangrar del recto ¡Ahí si era muy agresivo!
Luego los cacheteaba y los obligaba a mamársela repetidas veces. Alguna vez cuando fui a tratar un asunto de
papeleo sobre salubridad pública ahí en el rastro, me tocó ver a Isidro en uno
de sus temibles arranques. Con el uniforme blanco de los carniceros (empapado
de víscera y mierda), comenzó a reñirle muy fuerte a otro joven:
- ¿Dónde andabas hijo de la chingada?
- No papi, es que…
- ¡Cállate el hocico cabrón! A mí me llegas a la pinche hora que te
indico o te madreo.
- ¿Pero porque te pones así?
Acto seguido Isidro dio dos
fuertes zancadas hacia el muchacho y con las dos manos lo sujeto reciamente de
la mandíbula y nuca. Su víctima, aterrado, no pudo contener los gritos de súplica
ante la dura presión del estrangulamiento:
- ¡Aaaaaaahy! ¡Aaaaaay nooo!
- ¡Mira puto! ¡Mírame a la cara! ¡No me salgas respondon!
Luego, lo tiro al barro cual si
fuera jerga y le pateo el culo entre las lágrimas y sollozos de su amante.
- Ya me conoces pinche mayate ¡Pa´ la próxima te abro la desgraciada
barriga hijo de toda puta madre! ¿Me oíste bien puñal?
El otro solo alcanzo a esbozar un
apenas y audible… “Si mi amor”. Cuando
tenía estos episodios, muchos de sus dominados huían a esconderse a otros
estados y nunca más se les volvía a ver. Debido a ello, tornabase el matarife cada
vez más posesivo, al grado de que se supo, mantuvo encerrados a algunos de sus
chicos. Uno escapo, el otro… todavía lo andan buscando. Donde de verdad se broto,
fue cuando le pegaron el Sidral, ahí si le agarro mucho odio a los demás. Y
quien sabe cómo voló la noticia, pero se enteraron en su trabajo y que me lo
corren. Volvió a agarrar chambas en algunas carnicerías pero a los dueños les
informaban y no duraba mucho. Finalmente le dieron chance en una colonia jodida
y de la periferia, en una expendedora de carne ilegal. Poco a poco fue
decayendo y las drogas hicieron su aparición… junto con un chingo de trastornos.
Le perdieron la pista como casi dos años y ya muchos le daban por muerto. Hasta
que se lo encontraron chambeando en una congregación religiosa dando platicas
al rebaño.
Se había metido a AA, y ya no
usaba drogas. Tocaba la guitarra ahí en las misas y cantaba muy bien. Si, se veía
desmejorado pero estaba sobreviviendo. Parecía que la libraba, pero llego un
ministro nuevo y ahí le cambio la suerte gacho. Hubo una especie de atracción
mutua, pero nunca quedo muy clara la situación. El caso fue que el chavo este
se le insinuó y al otro le calo la tentación. Sintió muy fuerte el impulso y la
calentada de huevos y que lo viola. Otros dicen que el putito este comenzó a chupársela
a Isidro pero a la mera hora se arrepintió y al otro le valió madres ¡Mas se
encabrono y se le fue con todo! Y en eso estaba vehementemente, cuando los
sorprendieron gente de la congregación. Fue un escandalazo la mera verdad. Yo
creo que el ganzo ese le puso un cuatro, pero bien que lo pago con el VIH que
le salió después. Obviamente a Isidro lo entambaron, no me acuerdo cuantos años
le dieron, pero si fueron un buen. Y allá dentro con la piedra, la mota y el
chupe, se perdió mentalmente bien cabron. Las mafias de ahí dentro lo quisieron
jalar como manzana envenenada pa chingar a otros cabrones, es decir, si no
cooperaba algún guey con las cuotas carcelarias, lo echaban a la jaula de
Isidro. Pero ya andaba muy pirado y esa faena le duro muy poco. Volvió a la
religión ya muy enfermo y medio se amanso.
En una última jugarreta del
destino, uno de los que fueron sus amantes, cayó ahí y le reconoció. Se juntó con otros 2 a los
cuales Isidro se los había desflorado y una noche buscaron machetearlo. Quien
sabe de dónde saco fuerzas todavía Isidro, pero al hijoeputa que planeo todo,
con el mismo machete le abrió el estómago de lado a lado. Ya en la zona médica,
estuvo moribundo unos días más. Desvariaba en alucinaciones muy fuertes y al
haber un problema eléctrico en ala, sus últimas horas se las paso rumiando en
penumbras. Decía que él había sido un niño muy bueno, pero que su papa un día muy
borracho abuso de él. Que tuvo un novio al cual quería mucho cuando tenía 16
años, pero este le dejo cuando su familia se enteró y la misma prohibió la relación
(“¡Juanito no es puto como tú! ¡Aléjate!”).
Que el cuidaba de su mamá pero la señora tenía problemas mentales y se avergonzaba
de él. Que a él le hubiera gustado ser fotógrafo, para así poder conocer el
mar. Y que él era ante todo un hombre de Dios… pero 10 minutos antes de morir pedía
agonizante que los diablos dejaran de jalarle. Su final, fue de palabras
sangrantes, al igual que la profesión de toda su vida:
- ¡Ya me quiero morir! ¡Ya me quiero morir chingada madre! ¡Malditos
sean todos! ¡Se les ha de pudrir el culo!
En estertores de secos carraspeos
de una garganta destrozada y unos esfínteres abiertos con un leño fecal a medio
salir… Isidro expiro en la hora más oscura, justo antes de amanecer.
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