Uno de los manidos slogans de este gobierno es: “Pemex
es de los mexicanos”.
Por supuesto es una de las muchas frases
totalmente huecas y sin sentido que les gusta usar a los políticos, para
congraciarse con el pueblo.
De los muchos millones que se mueven para mantener
una paraestatal de esa importancia en este país, la gran mayoría de los
ciudadanos no recibimos ninguna utilidad, pero si pagamos los costos inherentes
para sostener la operación de una de las instituciones más fraudulentas y con
una de las historia más negras, desde la creación de la República.
Con un debate interminable para decidir la
apertura total a los capitales y tecnologías extranjeras, puesto que empresas
inglesas, alemanas, españolas, norteamericanas y otras que ansían una tajada de
tan apetitoso pastel, ya trabajan y hacen grandes fortunas por medio de
contratos maquillados para operar un recurso natural que supuestamente nos pertenece
a los mexicanos, pero que ningún beneficio nos reporta.
En mi caso, el ejemplo más palpable es el aumento
mensual a la gasolina. No recibo ninguna gracia como servidor público por el
constante consumo, pero en cambio debo aguantar, como todos los transportistas
y automovilistas, la decisión del gobierno de llegar a un precio tope, porque
los mercados y los constantes “maremotos” en las bolsas internacionales,
afectan las economías de los países en desarrollo, por lo cual nuestros
diputados, senadores y presidente, toman como medida más viable, aumentar los
precios de los insumos imprescindibles para la vida diaria de los habitantes de
todo el país.
Definitivamente es impensable un recorte en los
exorbitantes sueldos y dietas (muy mal aplicado el término pues una dieta implica
reducción) de todos esos funcionarios públicos, que en realidad no desempeñan
un trabajo acorde con sus ingresos.
Pero esa es la tendencia mundial desde hace
algunos siglos, la sobreexplotación de los recursos naturales, el
empobrecimiento de la clase trabajadora, la demagogia descarada y cínica, el
desvío de grandes cantidades de dinero, los falsos culpables, misteriosas
muertes de supuestas figuras importantes en el ámbito político, el despilfarro
en acciones inútiles para perpetuar un sistema electoral que ha elegido
previamente al mandatario siguiente, la farsa consentida por los partidos “opositores”;
en fin una serie de situaciones repetidas periódicamente para darle continuidad
a un sistema gubernamental muy apartado de la realidad de estos tiempos que
vivimos.
¿La única solución al problema de la economía nacional
es el aumento a los servicios y productos de consumo básico, que son pagados, sin más
opción, por la clase trabajadora?
Porque la cantidad de ocho centavos, mensuales,
por litro puede parecer ridícula, pero…
Este tipo de “sesudas” reflexiones y preguntas, se
agitan en mi cabeza, cada vez que repongo el suministro de gasolina del Taxi.
7 comentarios:
A eso habría que agregar el aumento al gas licuado que sin más cada mes sube de precio.
Pemex no ha servido mas que como "caja chica" del gobierno en turno.
como "demagogia" de la izquierda
como basurero de muchas cosas y como burla a quienes no trabajamos ahí.
sin embargo aun con todos esos malos manejos es la empresa mas importante del país y con sus impuestos paga casi toda la operatividad de nuestra obesa burocracia.
¿ que seria de México sin PEMEX o mas bien sin el petroleo ?
seguramente estariamos mas jodidos que Haití.
Me parece muy interesante tu punto de vista.
Yo no sé opinar de estas cosas, pero agradezco esta lectura.
Pemex es de los mexicanos, sí de los mexicanos con billete. Ya lo dijo el Cap. Es la caja chica y por eso no la sueltan, con todo y que los extranjeros tienen bien plantadas las manotas y sólo sudan por su tremenda obesidad al desplazarse. Pemex es uno de esos fraudes funcionales que se mantienen de forma tradicional. Hasta a los trabajadores les va bien en su jubilación.
No concuerdo con ustedes al decir, que sea la caja chica sea Pemex, Petróleos Mexicanos es la caja grande de donde se hartan de billetes los funcionarios de la paraestatal, grandes fortunas y peores fraudes se han amasado gracias a este hijo del general Lázaro Cárdenas.
Y es hacienda y crédito público la encargada de subir los impuestos a la gasolina para incrementar la recaudación fiscal de la federación o en este caso de la cartera de Felipe Calderón y su séquito de funcionarios.
buen texto.
Pues hay si, no se mucho de este desmadre, pero aaaaaaaaaaaaaaaa como me pega la pinche gas del "muercielago" antes lo llenaba con 300 ahora ya casi son 500..:S
Yo por eso digo que soy de ambidiestra.
Dark Angel
Notable y real apreciación, el Estado está tronado y eso ha llevado a otras vicisitudes por demás amargas. Charrito Pemex.
¡Reviva México!
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