viernes, 4 de noviembre de 2011

 


Fuera de lugar

La utopía se vuelve contra sí misma; la plenitud del deseo, su saturación, es imposible. Pero el deseo existe, es de facto, su tendencia es imparable. La imposibilidad de la utopía como la del deseo pleno no puede ser más que su motor: condición, espacio que la hace necesaria, que permite renovar las ideas que la conforman. En este sentido, la utopía tiene la estructura de la promesa, una estructura de potencia que profesa su “querer ser realizable”, pero justamente este “no ser aún” es lo que le da su carácter prometeico.
No ser y no estar es intrínseco a la utopía, su etimología la declara como el “no lugar” o “lugar que no existe”, también podemos decir el “fuera del lugar”, lo que no existe aquí en la tierra, entre nosotros pero hacia lo que tendemos, lo que ponemos fuera de nosotros para alcanzar.  Y es que la utopía pertenece a una tradición de lo “supra”, de lo que está afuera, en otro espacio pero también en otro tiempo o si queremos ser más tajantes, pertenece a lo atemporal. La utopía es, pues, un síntoma del idealismo.
Síntoma que no se opone a ningún realismo, sino que se gesta en él, necesitándolo para realizarse. La utopía tan fuera de lugar, sin lugar, necesita por el contrario de un sitio donde ser gestada, de una posición histórica, deseos colectivos aunque marcados por clases, razas, posiciones.
Todo interrogante por el futuro supone la utopía, la idealización y a su vez, el carácter apocalíptico de lo que viene, todo porvenir se presenta bajo la forma de la monstruosidad. Pensar sobre el futuro, sobre lo que viene, nos coloca en relación con lo “absolutamente otro”, con lo imprevisible, donde no cabe anticipación. Con ello, parece que tenemos sólo dos opciones, metidas bajo el mismo síntoma ideal, en la misma lógica: la apuesta por una idea posible de realización o resignación a un declive inevitable. Utopía ó Distopía. Caras de una misma moneda, síntomas de una misma tradición.
Pensemos en el síntoma. Utopía como lo que acontece a la par que el idealismo, fenómeno que lo acompaña como puesta en juego de una resistencia. Si hablamos de la utopía como síntoma habría que pensar en ella como un mecanismo, sin esencia pero existiendo como relación. El idealismo es una utopía que ha intentado por todos los medios ser realizable, instrucción de Occidente que se ha visto a sí mismo como una idea que tiene que cumplir: cristianismo, nacionalismo y capitalismo.
Nada ha surgido de la nada y las utopías contemporáneas no son sino el resultado de una resistencia a la Gran Utopía de Occidente y sus consecuencias.
Resistir. Sí, pero ¿cómo? ¿Postulando nuevos –ismos? ¿Siguiendo la utopía como un síntoma del idealismo? ¿Creando nuevas tiranías doctrinarias? Ya nos advertía Jung que la resistencia como utopía, en ocasiones, cede el paso “con facilidad” al slogan y al anhelo quimérico, a los prejuicios y anhelos afectivos, podemos decir a una suerte de estado colectivo que se cierra sobre sí mismo, que se ciega sobre sí mismo.
Es precisamente aquí donde creo que los movimientos de “resistencia” actuales se equivocan, se ciegan y se olvidan de la historia, de “su” historia. Parece que una ceguera los ha afectado, y con ello ha paralizado todo lo que tiene de propio la utopía fuera de su sintomaticidad ideal. Se apropian del slogan, siguen una idea, confrontan al sistema como idea con otras que proponen “soluciones” que antes se han gestado. Simulacro de resistencia, niños asustados porque perdieron al padre dándose cuenta que la democracia no existe pero exigiéndola a gritos “Democracia Real, Ya”. No resisten desde la crítica sino desde la desolación afectiva de que su Padre no cumplió la promesa, ahora están en crisis y entonces se dan cuenta que algo debe cambiar. España (15-M) y Estados Unidos (#ocuppywallstreet) se visten de utopía y dicen que piden lo imposible; se equivocan, no piden lo imposible piden la promesa incumplida del bienestar económico, de que el progreso nos llevaría a un lugar mejor, lloran no la caída del sistema sino su desbordamiento que ahora los excede, como en otros lugares (países) que su mirada no alcanzaba a ver y que hace mucho fueron sometidos a una lógica de lo precario. Piden, pero quizá no hacen lo imposible.
Habría que pensar la crisis no como algo a superar sino como algo que siempre estará ahí, atenuada o apareciendo como un estallido. Ya lo dijimos, todo pensamiento sobre el futuro se presenta como monstruoso, nos pone en situación de crisis, nos desconcierta, nos coloca fuera del lugar. Sin posición, sin lugar, pensar la utopía no como una idea a alcanzar, como un lugar fuera de este mundo sino como el mecanismo más mundano que se juega en cada decisión de futuro.

11 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buena disertación sobre el tema.
Me agrada la manera en que desarrollas tu muy personal explicación, se nota que lees, comprendes, interiorizas y tienes la capacidad de conjugar toda la información junto con tu particular peculio intelectual.
Usas un lenguaje técnico pero muy accesible, con ideas claras, breves y precisas.
¡Bravo Maestra!

LUIS TORRES dijo...

Interesante.

Saludos.

Pinchesendic dijo...

La situación de estos textos, es que nos pones a pensar. Y... en mi caso, me haces que tenga interrogantes.

Primero señalas que la utopía no es otra cosa más que un síntoma del Idealismo.
Letras más adelante recalcas que es un síntoma nuevamente, pero parráfos más tarde les das un equivalencia casi igualitaria
"El idealismo es una utopía que ha intentado por todos los medios ser realizable, instrucción..."

Y un síntoma es un signo (que esta presente) que algo sucede o está por suceder. Así que bajo esa premisa las utopías no están tan fuera de lugar, como planteas sino existen o pueden llegar a existir.

se agradecen estas lecturas porque son escritos muy buenos y técnico, que, como ensayo, está excelente para leer y releer.

Ros dijo...

Digerible, me ha gustado.
Textos así, se agradecen.

Siracusa dijo...

Buena reflexión sobre la utopía. Saludos.

Capitan TINTASANGRE dijo...

tu texto es para ponerse a pensar,
darle una primera lectura y decir que lo comprendi es una mentira.

pero me ha atrapado como para ponerme a leerlo de nuevo y tratar de digerirlo, de buscar algunos textos para comprenderlo y finalmente dejarme llevar a la profudidad real de tu escrito.

Dr. Gonzo dijo...

Entre la utopía y la distopía, sólo falta un plan social despampanante para que lo echen a perder burócratas mal entrenados. Buena reflexión.

Fantasía psiquiátrica dijo...

Me parece un muy buen ensayo, la forma en que expones esa condición de la utopía vista en el idealismo, el sesgo de su contraparte, la distopía; el recordatorio de nuestra historia, esa que como bien refieres nace de las Utopías. La referencia de Jung acertadísima, colectiva, ja. La herencia de una lógica de lo precario ssssssss.
Aferrarse a los paraísos.
Un buen análisis, saludos Na.

la MaLquEridA dijo...

¿Y neto entiendes todo esto? Me parece que voy en la tercera leída y no alcanzo a entender todo, haz de cuenta que es como una mojarra que la tienes que comer con mucho cuidado porque te puedes tragar una espina.

¿Entiendes? Yo tampoco.

Augustine X dijo...

Querida malque, claro que lo entiendo sino no lo escribiría, a eso me dedico y la verdad es que es una pena la incomunicación, aún así agradezco el esfuerzo y la valoración de mi trabajo.

Augustine X dijo...

Chicos: gracias a todos por sus comentarios, siento el retraso a la respuesta pero tengo mucho trabajo y no he podido estar a full en esto.
Primero que nada, muchas gracias Pherro ha sido muy rico recibir tus felicitaciones, gracias por esa apertura al texto, porque sé que se necesitaba para abordarlo.
PincheSendic: te he agregado al msn para que nos echemos una platica y con gusto te explico la duda, la verdad que se nota cuando alguien se dona como lector e intenta entender un texto, muchas pero muchas gracias. Tú comentario me demuestra mucho y lo agradezco.
Lo mismo a Capitán Tintasangre lo mejor de este post ha sido que hay gente que se interesa y se atreve con cosas que no son su estilo. De verdad gracias.
Dr. Gonzo y Fantasía psiquiátrica gracias por sus comentarios, son un subidon para seguir escribiendo.