sábado, 7 de enero de 2012

6:25 de la mañana




Ese pequeño escalofrío que recorre la espina desde media espalda hasta la base del cuello, la piel sensibilizándose para dar paso al insoportable temblor. Sus ojos bellos, resecos por el frío soplido matutino. Son las 6:25 de la mañana del 17 de enero. Él nunca entendió qué tanto odiaban los demás del frío. Si bien era difícil estar tiritando todo el tiempo y no dejar de bostezar, se le podía achacar más a la hora que al frío en sí. El momento se acerca, ajusta la chamarra, el sol entinta perezoso la oscuridad de color naranja, la brisa helada lo abraza.

Los dedos helados y tiesos, las mejillas trabadas, con dificultad de poder mover los músculos de la cara y la mezclilla como un témpano en sus piernas, acariciando el aire cortante sus labios secos y quebrados, esos que en la humedad tibia de la pasión podían hacer subir un vaho sugerente a confundirse con el camino estrellado del cielo de noche. Ella nunca entendió por qué habría de salir a sentarse a esa hora en la azotea de su casa. No sabe siquiera por qué lo está haciendo ahora. Un capricho, una molestia: "yo me voy a acostar, al infierno con su amanecer compartido".

La sonrisa amplia se dibuja en su rostro: "nuestro amanecer, un nuevo día para dos". Baja el cierre de la chamarra y hace gestos para calentar las entumidas mejillas. Bajará a preparar un café, meterse en su cama y tomar el celular y enviarle un mensaje a su amada: "¿Qué te pareció mi amor? Para mí fue hermoso". No recibirá respuesta, ella duerme profundamente, entre las sábanas calientes que sustituyen la añoranza de esos amaneceres a distancia.

2 comentarios:

Ros dijo...

Me pude conectar con el escrito, será porque ahora estoy en la oficina que es casi un congelador, además, de que este tipo de textos, bellos y tristes, son mis preferidos.
Me parece que te has pulido en esta entrega, me gustó la idea, y aunque hay un par de ies que me hicieron ruido, disfruté mucho este post.
Ay, lo del mensaje me dio el bajón.
Saludos.

Anónimo dijo...

ay doc ahora si me hizo derramar la lagrimita. Tan bonito y tan triste.