jueves, 17 de mayo de 2012

La mil



No podría tener menos de cien cosas: shampoo para días soleados, perfume para los días tristes, plumas café de punto fino –infaltables para hacer las ges y jotas tan bonitas–, azúcar morena, mascabada, blanca y refinada, para endulzar todos los tés del mundo, esmalte de uñas en todos los colores pantone, chicles para llenar mis bolsas, vasos de mil colores y formas.
No podría tener menos de cien sentimientos: odio, rechazo, lástima, desgano, cariño, pena, entrega... por separado o en múltiples combinaciones.
No podría tener menos de cien recuerdos: mi madre cortando zanahorias, Alejandro trazando planos, aquel día que me cagué en la guardería, las malas decisiones, también las buenas, el primer beso, el primer él, la primera vez que tomé cerveza, la primera vez que fui al D.f., la primera vez que me sentí vieja, o feliz.
No podría tener menos de cien amigos: facebook lo avala.
No podrían gustarme menos de cien alimentos: ayer tragué mi refrigerador entero y lo aderezé con todo lo que encontré en la alacena: sal de grano, de Cuyutlán; viejas cartas que guardé atrás de un frasco de café, especias, jaleas del año pasado, polvito y telarañas.
No podría vivir sin lujos innecesarios, no podría detenerme ante una tienda de "pásele, todo a tres pesos". No podría ser minimalista.

5 comentarios:

Julieta dijo...

Hola Ros, me gusta tu escrito tan personal, lleno de tu estilo inigualable, lo disfruté...un placer leerte =)

ferrrioni dijo...

Y el ahora infaltable Face Book que mide y testimonia cuán popular eres.. . ¿será tan bueno?.
Un abrazo Ros.

Ros dijo...

Hola Juli, hola Fer... gracias!
:)
Pensarlo tan popular, da miedo, no?

Unknown dijo...

Agradable volver a leerte y releerte ...que bueno que te creas un espacio en tú tiempo para sacar lo que llevas dentro.

Saludillos .

Ros dijo...

Que agradable, Alex, leerte también aquí, te mando un abrazo!