Con ácido entre los dientes y las uñas afiladas
Caminaba en cuatro patas, salivando tu perfume.
Añorando en mis entrañas, la dulce carne que te une.
Te arranque los ojos para no sentir vergüenza.
Devore tu lengua para no escuchar palabras.
Entre alaridos fuertes y exhalaciones entrecortadas,
mordí tus pechos firmes, tus muslos y las bragas.
Desperté aullando, con onírica locura.
Pues algo me asfixiaba quemando mi garganta.
De mi boca se expulsaron, dos objetos ominosos.
Un pendiente y.. Un pedazo de lóbulo.
“¡.....!”
“¿?”
1 comentario:
Esto me suena tan audaz como honesto, sin embargo el ímpetu adolescente me saca de onda, a veces uno usa recursos para instalarlos en un discurso en concreto. En este caso lo veo desubicado, una canción adolescente con grandilocuencia repentina. Quizás esa fue la intención, desconozco. La puntuación sigue siendo tu coco.
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