sábado, 27 de octubre de 2012

Como una flor ceñida




“Los libros y las mentes funcionan mejor, solamente si están abiertos”.



El cuento de mi vida pudiese ser el de una horda de brujas que invaden la granja de don Joaquín; no es un cuento famoso, ni siquiera conocido –excepto por mí–, me lo contó mi madre una noche de tantas en que las letras se inventaron en mi habitación.

La voz de Eumelia se convertía en una amiga constante cuando iba a la cama: ogros, brujas y graciosos elfos acompañaron mis sueños, tanto agradezco que nutriera mi mente de historias fantásticas que jamás en un libro encontré. A eso atribuyo mi mente soñadora e idealista, siempre en busca de palabras, de historias que, existan o no, se van tejiendo entre mis días.

Podría decir que el cuento de mi vida es plural, abarca todo aquello que me hace volar. Algo de mí queda adherido en los pretextos que encuentro por el camino, me gusta pensarme como un sentimiento, un olor o un sonido que se ha mantenido fresco como flor ceñida, en la memoria de una roca, de una vieja ventana o de un examante.

Toda la vida me he buscado en historias, en miradas, en espejos. Construyo mi cuento a partir de los mensajes que me rodean, por eso me gusta explorar y ser viajera de otro tiempo a través de las palabras. Disfruto el camino, las lágrimas y risas que por ahí dejo, las personas que vienen y van, mis pasos que a veces se juegan la vida,  pero que descansan en lugares secretos donde nadie puede destruir mis recuerdos… qué bueno que aún no encuentro el punto final.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Las palabras hacen que la eternidad quepan en una vida. Y le sacan brillo a las historias de vida más grises.
Me late, muy fluido al leerlo.

Siracusa dijo...

Siempre tan evocadoras imágenes, me gusta leerte, me dejas esa sensación.

Saludos

Dr. Gonzo dijo...

No jodas... este escrito tuyo es mágico. Regresa Ros, te surtes sola.

reptilio dijo...

y los paracaidas

Anónimo dijo...

Esa estación del año donde aparece la hojarasca llegó. Para robarle el aliento. Así sin más ni más. Justo cuando más necesitaba saber de Sora... apareció su imagen, sus letras la reflejaron a toda ella. Apenas unas líneas bastaron para dar paz y verdadera felicidad a su ser. En su rostro como hacía mucho tiempo no sucedía, se le dibujó una sonrisa.

Anónimo dijo...

A mi me gusta recordarte en esta fecha tu cumpleaños. Por eso felicidades. Como si se tratara de un cajón lleno de calzones de colores. Como si se tuviera dorilocos para toda la vida.
Como si los limones pudieran guardar tu nombre siempre. Como si el mar tuviera todo el musgo solo para formar tres letras. Como si se tratara de un par de rodillas haciendo tlink tlink y se guarde ese sonido no en el oído sino justo detrás del miocardio.

Feliz Cumpleaños.